Chaves pide al PSOE manos libres

Una vez movida la primera ficha del tablero, al cerrar una propuesta de designaciones para el Parlamento, ahora a Manuel Chaves le toca diseñar el Gobierno. De todos es sabido que hasta después de su investidura como presidente, a partir del día 17, el líder socialista no levantará ningún teléfono para comunicar ni ceses ni nombramientos. Ayer, en la reunión de la ejecutiva regional, pidió manos libres y "confianza" a la hora de componer el futuro Ejecutivo, del que únicamente es seguro que será paritario y que quiere seguir contando con Gaspar Zarrías y José Antonio Griñán al frente de Presidencia y Economía.

Según varias fuentes de la dirección socialista, Chaves aseguró ayer que los nombramientos había que evaluarlos en su globalidad, es decir, una vez encajadas todas las piezas del tablero en Madrid y en Andalucía, y que "más allá de los criterios territoriales" su propósito es "contar con los mejores", según ponen en su boca miembros de la ejecutiva regional.

En todos los gobiernos de Chaves, al menos ha habido un consejero de cada una de las ocho provincias. Y casi siempre ha optado por no incluir a más de dos personas con perfil político, cupo que estaría cubierto con la continuidad de Zarrías y de Griñán. Sin embargo, en esta ocasión son muchos los que creen que el líder del PSOE romperá con esta regla no escrita no porque tengan información de primera mano, sino, sobre todo, porque lo consideran necesario.

No son pocos los que creen que hacen falta consejeros "que destaquen" en la escena política y que no sólo se limiten a la gestión. También que los futuros consejeros estén plenamente identificados con sus direcciones provinciales.

Aunque aún es muy pronto para hablar de nombres, las quinielas de los socialistas sobre las consejerías donde se van a producir cambios son bastantes coincidentes: Obras Públicas, Educación y Medio Ambiente (vacantes por la salida de sus titulares), Justicia y Administración Pública, Agricultura y Pesca, y Turismo.

En la primera reunión del grupo parlamentario celebrada ayer, Chaves esbozó las líneas básicas del trabajo de los 56 diputados socialistas, cuyo objetivo es, dijo, el de trabajar para ganar las elecciones autonómicas de dentro de cuatro años.

El grupo, como momentos antes la ejecutiva regional, aprobó la designación de Fuensanta Coves como presidenta del Parlamento y de Manuel Gracia como portavoz, así como el resto de los integrantes socialistas de la Mesa (Francisco Álvarez de la Chica, Marisa Bustinduy y José Luis Blanco). Chaves pidió a los diputados "huir de la crispación y la descalificación" y también salir de los despachos. "La gente os tiene que ver, tenéis que ser visibles ante la gente y sus problemas", dijo. También reclamó "más rapidez en la tramitación de las leyes, porque tardan bastante en tramitarse y es un problema de trabajo parlamentario", una frase que sonó a una queja.

Fuensanta Coves, que no citó a su antecesora, Mar Moreno, dijo en rueda de prensa haber recibido su designación como "los regalos buenos, que no son los esperados" y apuntó su deseo de tener un papel "más activo" y no al de mero árbitro, sino "el de ser una catalizadora de acuerdos, de unir posturas".