El Barça evitó la clausura del Camp Nou tras casi tres años de recursos

Después de dos años y nueve meses de recursos, el Barcelona evitó en 2005 el cierre del Camp Nou tras una situación similar a la que vive ahora el Betis.

El 23 de noviembre de 2002, Medina Cantalejo suspendió durante 16 minutos el encuentro entre el Barça y el Madrid (0-0) después de que algunos aficionados lanzaran a Figo varios objetos, entre ellos la cabeza de un cochinillo y una botella de cristal.

Tres semanas más tarde, Competición anunció el cierre del estadio por dos partidos y una multa de 4.000 euros.

Tras presentar un recurso a Apelación, que fue revocado, el club azulgrana lo elevó al CEDD, que ratificó el cierre en marzo de 2003.

La federación insistió en que la sanción se hiciera efectiva y el Barça afirmó que aún disponía de un mes para presentar un recurso de reposición. El club pretendía que la Liga finalizase y la sanción se cumpliera en la siguiente.

Agotado el diálogo con la federación, el Barça optó por lo contencioso-administrativo y acudió al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Pero en diciembre de 2003, con Joan Laporta en la presidencia, retiró ese recurso.

El asunto volvía a estar en manos de la federación, que apenas tres meses antes había retocado el artículo 118. En caso de hechos graves en un estadio, el club sería sancionado "con multa en cuantía de 6.000 euros, apercibiéndole con la clausura de sus instalaciones deportivas en caso de reincidencia". Aplicándose el principio de retroactividad como pidió el Barça, el Camp Nou podía seguir abierto.

En enero de 2005, Ángel María Villar era elegido de nuevo presidente de la federación y llegó el indulto.

El 1 de agosto de ese mismo año, el Comité de Competición anunciaba una sanción final de 4.000 euros.