El cambio social y la financiación centran la cumbre de rectores
Los asistentes superan los 400, afirma Màrius Rubiralta, de la UB
¿Cómo mejorar el conocimiento? ¿Cómo deben afrontar las universidades los cambios sociales y la transformación económica? Y ¿cómo mejorar la financiación de las universidades? La cumbre de rectores de universidades europeas trató ayer estos y otros aspectos durante el segundo día de las sesiones de la Asociación Europea de Universidades (EUA, en sus siglas en inglés), que se celebra en Barcelona y agrupa a rectores y cargos universitarios de 46 países.
También se trató sobre cómo deben coordinarse las políticas de la Unión Europea y las regionales para lograr la meta de aumentar la competitividad de Europa.
Un grupo de estudiantes efectúa una protesta a la puerta de la UB
Suspendidas las clases de Filología y Matemáticas en la sede de la reunión
Las sesiones han puesto sobre el tapete la necesidad de mejorar la financiación universitaria para seguir creciendo, destacó Peter Scott, vicerrector de la Universidad británica de Kingston. También las diferencias entre Europa y Estados Unidos y la evidencia de que los cambios de las fuerzas económicas y demográficas pueden llevar una masiva reestructuración de la educación superior, a criterio de James Duderstadt, ex presidente de la Universidad de Michigan.
El rector de la Universidad de Barcelona (UB) y anfitrión de la cumbre europea de rectores, Màrius Rubiralta, señaló que han sido finalmente 420 las personas inscritas en la reunión de Barcelona, que se clausura hoy. La cifra de asistentes supera las 350 previstas inicialmente. "Las sesiones se han seguido de forma mayoritaria, lo que demuestra el interés por los asuntos tratados en las reuniones", dijo Rubiralta.
La cumbre de rectores se desarrolló con normalidad en el interior de la sede central de la UB, en la plaza de la Universitat. El rector de la UB, y el presidente de la EUA, Georg Winckler, se reunieron la víspera con los estudiantes para convencerles de que no provocaran incidentes dentro del recinto.
No hubo entendimiento, pero ayer, a diferencia de lo que ocurrió la víspera, no se produjeron incidentes en el interior de la universidad. Para evitar problemas, los responsables del centro decidieron el jueves por la noche suspender las clases de Matemáticas y de Filología que se imparten en la sede histórica.
Un grupo formado por una treintena de estudiantes hizo ayer una sentada a las puertas de la sede de la conferencia de rectores. Los jóvenes organizaron una charla para alertar sobre los peligros que, en su criterio, amenazan a los estudiantes. Los jóvenes alertan de que la reforma de Bolonia puede perjudicar a las clases sociales con menos recursos debido, sobre todo, a la falta de becas. En su opinión, el proceso de Bolonia supondrá "la privatización" y "mercantilización" del sistema universitario español.
Para evitar incidentes como los del jueves, los responsables de la universidad decidieron cerrar las puertas. Pasadas las 9.30 horas los accesos quedaron bloqueados. Ello comportó que durante dos horas nadie pudiera entrar ni salir del edificio. Finalmente, los Mossos d'Esquadra formaron un cinturón de seguridad para permitir la libre salida y entrada de personas del recinto universitario. Los estudiantes quisieron hacer su propio cordón y se produjeron algunos empujones, sin llegar a mayores. "Han visto que los imitábamos y se han puesto nerviosos [los Mossos] y nos han empujado", comentó Cristian Cortés, uno de los estudiantes.
Los rectores que sufrieron el boicoteo de los manifestantes no entendieron la situación. "No sé por qué protestan. Sin embargo, la organización del congreso es buena", comentó un rector holandés. Alguno de sus colegas incluso participaron en la asamblea alternativa. Sybille Reichter, rectora suiza a la que los estudiantes impedían el paso, cogió el megáfono por el que los manifestantes proferían sus consignas para improvisar un parlamento. "La frontera que vosotros ponéis no existe. El Plan Bolonia acerca el sector público a la Universidad", clamó Reichter. "He visto que se equivocaban en sus protestas y me he decidido a contárselo", explicó después.
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