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Reportaje:

"No podemos con nuestro nieto"

Una familia trata de internar a un conflictivo niño de nueve años

Dolores Pérez dice que no puede más, que está agotada; que su nieto, de sólo nueve años, es incontrolable. Dolores teme que los pequeños hurtos que ha comenzado a hacer en casa y la violencia verbal vayan a más. "Queremos ayuda de la Junta, que el niño pueda estar en un centro interno, donde lo atiendan bien, lo ayuden y lo eduquen. Porque nosotros ya no sabemos qué hacer", confiesa la abuela, vecina de San Juan del Puerto, en Huelva.

La corta vida del menor no ha sido fácil. Él, junto a su hermano mayor, de 13 años, sufrió el difícil divorcio de sus padres, trufado de presuntos episodios de alcoholismo y maltrato del padre a la madre, por la que se dictó una orden de alejamiento ya cumplida. La custodia de los hijos recayó, finalmente, en la madre, "pero en diciembre, ella dejó a los críos a cargo de los abuelos; el mayor con los padres de ella y el menor con nosotros", recuerda Dolores Pérez.

El niño siempre fue conflictivo, pero a partir de enero se volvió más violento y empezaron los pequeños hurtos, los chantajes y las amenazas. "Nos ha robado dinero para repartirlo entre sus amigos, ha robado móviles. Nos amenaza con que nos va a denunciar por maltrato, se niega a obedecernos en nada y por más que le castiguemos, le da igual", se queja la abuela.

El comportamiento del crío en la vivienda contrasta con el que tiene en el colegio, como reconoce la misma familia. "El niño trae buenas notas y los profesores dicen que en general sí que cumple las normas en el centro. Su único problema en el colegio es que dice que no quiere ir al comedor", comenta el abuelo.

El progenitor del niño, que terminó viviendo en casa de sus padres, tampoco escapa del mal carácter de su hijo. "Él está todo el día trabajando como pintor. Ha estado tiempo en paro y pasa muchas horas fuera para mantener el trabajo. Así que, cuando llega a casa, si el niño está de mal humor, la emprende contra él", dice la abuela. Dolores afirma que su hijo también cree que lo mejor es que al menor se le interne en un centro.

La delegada de Igualdad y Bienestar Social en Huelva, Carmen Lloret, afirmó en un comunicado que el caso se encuentra en manos de los Servicios Sociales Comunitarios y del Equipo de Tratamiento Familiar (ETF) que opera en la zona. Este equipo "se ocupa de mediar y de prevenir posibles situaciones de riesgo que pudieran derivarse en el entorno familiar". La consejera de Bienestar, Micaela Navarro reiteró ayer que el caso también está siendo estudiado.

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Dolores Pérez negó ayer que la Junta se haya puesto en contacto con ella. "Sólo sé que, siempre que he ido a Asuntos Sociales, me han dicho que me olvide de que mi hijo vaya a un centro de la Junta, a menos que renunciemos a su custodia. Y no queremos hacer eso. Estamos seguros que debe haber una solución para que nos ayuden sin tener que renunciar a nuestro nieto", se queja Dolores. La familia también espera orientación del servicio de Salud Mental del hospital Vázquez Díaz de Huelva.

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