A pedradas con el árbitro en Argentina
La violencia del público obliga a suspender el Racing-Estudiantes
La violencia ha vuelto a marcar la jornada futbolística en la Liga argentina, aunque esta vez las pedradas de unos aficionados enfurecidos con la actuación arbitral han conseguido lo que hace apenas siete días no lograron dos tiroteos, un muerto y un herido de arma blanca en otro de los encuentros. En la noche del sábado (madrugada de ayer en España), el árbitro Federico Beligoy, que dirigía en la localidad bonaerense de Avellaneda el encuentro entre el Racing y el Estudiantes de La Plata, se desmarcó de la doctrina oficial de la Federación Argentina de Fútbol, que consiste en jugar los encuentros a cualquier precio, y ordenó la suspensión del partido cuando la hinchada local comenzó a arrojar objetos, entre ellos piedras, al terreno de juego.
El Racing vive una complicada situación, tanto deportiva como empresarial. Los aficionados, conocidos en Argentina por su fidelidad inquebrantable a un equipo venido a menos, sabían de la trascendencia del partido ante el Estudiantes, una escuadra situada entre las mejores del fútbol argentino actual. Y con ese ánimo comenzaron a presenciar el encuentro en el Cilindro de Avellaneda. Sin embargo, 78 minutos más tarde, con el marcador en contra (1-2), y sólo ocho jugadores sobre el césped por expulsión de otros tres, la hinchada blanquiceleste escupió su rabia lanzando al terreno de juego todo lo que tenía a mano. Cierto es que al Racing le acababan de anular el gol del empate y expulsado al autor del tanto por doble amonestación. Y también es verdad que el árbitro tomó esa decisión después de haber dado el gol por bueno. Pero nada justifica el enésimo estallido de violencia en un campeonato que empieza a ocupar más lugar en las páginas de sucesos que en las de deportes. Y lo más preocupante es que los protagonistas de los disturbios no eran esta vez los ultras del Racing, quienes optaron por observar cómo eran emulados por seguidores de a pie.
Apenas quedaban 12 minutos y el árbitro suspendió el partido. Tras dejar durante un rato que la policía tratara de calmar los ánimos de la grada, el colegiado ordenó a los jugadores dirigirse al vestuario. El miércoles se conocerá la sanción contra el Racing, que será probablemente de un partido a puerta cerrada.
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