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Reportaje:

'Glamour' sevillano al galope

La empresa centenaria El Caballo aspira a convertirse en una marca de moda reconocida internacionalmente

Son los días previos a la Semana Santa, y Sevilla huele a azahar y a incienso. Mientras se instalan las tribunas para ver las procesiones y los turistas disfrutan de una cálida jornada de sol, en el primer piso de un viejo caserón del barrio del Arenal, a orillas del Guadalquivir, José Rodríguez Pineda habla del futuro de la empresa que preside. Fundada hace 116 años en la esquina de enfrente como una guarnicionería dedicada a fabricar sillas de montar, botas y aperos de labranza, El Caballo acaba de dar entrada en su capital a accionistas ajenos a la familia y ha importado de Francia un nuevo director creativo. El objetivo es ambicioso: transformarse en una marca de lujo reconocida internacionalmente en el mundo de la moda.

La entrada en el capital de la familia Lladró Sala, con un 25%, es pieza clave de la estrategia de expansión de la empresa
La compañía está inmersa en su plan de negocio 2006-2009, bautizado Nuevos Aires, en el que piensa invertir tres millones de euros

"El Caballo de hace dos años no tiene nada que ver con El Caballo de ahora, pero tiene mucho que ver con las raíces de la marca", afirma Rodríguez Pineda, de 42 años, tercera generación al frente de la empresa. "Es una transformación desde la esencia".

La compañía está inmersa en su plan de negocio 2006-2009, bautizado Nuevos Aires, en el que piensa invertir tres millones de euros. ¿En qué consiste el plan? El presidente de El Caballo habla de una doble "catarsis": una del producto, que se ha modernizado sin olvidar su origen, y otra de los puntos de venta, que han sido renovados para adaptarlos al nuevo estilo de la marca. "Si todo va bien, nuestro crecimiento será exponencial", dice Rodríguez Pineda. El Caballo facturó 13 millones de euros el año pasado y espera crecer un 10% en 2008.

Pieza clave de la estrategia de expansión es la entrada en el capital, con una participación del 25%, de la familia Lladró Sala, perteneciente a la saga valenciana que fabrica figuras de porcelana. Las hermanas Rosa y Belén Lladró se sientan ya en el Consejo de Administración de El Caballo. Rodríguez Pineda señala que los Lladró Sala traen a la empresa El Caballo su experiencia en el desarrollo de una marca unida al diseño y de una estrategia de negocio. "Conocen muy bien un sector de lujo muy parecido al nuestro, son líderes de su mercado, son conocidos internacionalmente y son capaces de expandir un negocio", dice el presidente de El Caballo. La familia Pineda conserva el 75% restante del capital.

El Caballo también ha apostado fuerte con el fichaje de Nicolas Vaudelet, un joven diseñador francés procedente de firmas como Christian Lacroix, Dior, Louis Vuitton, Givenchy y Jean-Paul Gaultier. "Siempre quisimos tener un director creativo internacional, porque nuestra vocación es internacional", sostiene Rodríguez Pineda. "Miramos hacia el lujo francés como referencia y Nicolas nos convenció por ser un enamorado de Sevilla, por ser aficionado al flamenco y a la copla, y por haber trabajado con Hermès, que tiene un taller artesano de una calidad similar a la nuestra".

Aunque conserva su viejo negocio de complementos de hípica y caza, la moda aporta hoy prácticamente el 95% de la facturación de El Caballo. El bolso sigue siendo su producto estrella, seguido del zapato, aunque la confección gana cada vez más importancia, especialmente tras la contratación del nuevo director creativo. El Caballo presenta dos colecciones anuales de bolsos, zapatos, confección, complementos, gafas, bebé y casa. El mes pasado debutó con éxito en Off Cibeles, evento paralelo a la pasarela madrileña.

Nueva York o Madrid

¿Cómo es el nuevo estilo de El Caballo? Rodríguez Pineda lo define como "Chic-casual, que puede venderse igual en Nueva York que en Madrid, con guiños clásicos hacia Sevilla, sin caer en el tipismo". El Caballo tiene ya 28 tiendas en España, entre ellas, 22 franquicias. Hay otras tres en Portugal, tres en México y dos en Panamá. La compañía vende también en Italia, Grecia, Francia, Alemania, Reino Unido y Taiwan. Rodríguez Pineda afirma que su intención es potenciar la expansión internacional para obtener, en cuestión de dos años, un 30% de la facturación fuera de España (actualmente es el 12%). Asia es zona preferente. El Caballo tiene nuevo distribuidor en Japón -donde ya vendió con éxito en los años ochenta- y negocia con una empresa hispano-china la apertura de tres tiendas. Ha establecido también contactos en Florida (EE UU), Chile, Perú y más países latinoamericanos.

En España, el objetivo es seguir captando franquiciados en ciudades grandes y abrir tiendas mixtas junto a marcas complementarias en poblaciones más pequeñas. En abril, El Caballo abrirá su primera tienda en Valladolid.

La empresa, que tiene 100 trabajadores en plantilla, fabrica el 90% de sus productos en España. Tiene un taller artesano en Sevilla y trabaja también con un centro de producción en Ubrique (Cádiz), al que ha estado asociado durante décadas.

José Rodríguez Pineda, en la tienda de El Caballo, en el barrio sevillano del Arenal. La empresa ha cumplido 116 años.
José Rodríguez Pineda, en la tienda de El Caballo, en el barrio sevillano del Arenal. La empresa ha cumplido 116 años.GARCÍA CORDERO

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