Se 'compra' dinero a buen precio
La banca ofrece productos cuya rentabilidad final depende del comportamiento de acciones o índices bursátiles
El mercado financiero se ha convertido en un auténtico bazar. No, no se ha vuelto a los años ochenta y noventa, en los que los bancos y cajas, a cambio de recibir depósitos, regalaban todo tipo de utensilios de cocina, aparatos de música... Ahora, el mercadillo es más sofisticado: se ofrecen -cada semana salen al mercado alrededor de media docena- nuevos productos financieros que, en general, bajo el paraguas de la seguridad -en los tiempos de incertidumbre económica y bursátil que corren, la garantía de no perder capital se ha convertido en condición imprescindible-, prometen atractivas rentabilidades de futuro. El objetivo es el mismo que hace años: las entidades necesitan captar fondos, necesitan dinero para su negocio, y todo ello por más que, tal y como ha sucedido en los últimos días, el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) de EE UU salgan en su ayuda para inyectarles liquidez de forma masiva.
Los inversores se encuentran en una posición de ventaja. El dinero "cotiza al alza" y son muchas las ofertas entre las que elegir
Los inversores se encuentran en una posición de ventaja. El dinero "cotiza al alza" y son muchas las ofertas entre las que elegir. Pero, salvo contadas excepciones -ahí están los casos del Depósito 16 uno-e a nueve meses, que ofrece el primer mes un 16% nominal anual y, durante los ocho siguientes, un rendimiento de Euríbor al mes del -0,15%, o el Depósito Naranja, a tres meses al 4%-, todas las nuevas alternativas que se ofrecen incorporan riesgo. Es cierto que en la mayoría de los casos -excepción hecha con el depósito estructurado Cupón Fijo del Banco Inversis- se garantiza el capital, pero también que, de no cumplirse determinadas condiciones, la rentabilidad adicional que se puede llegar a obtener es directamente inexistente.
De entre ellos, de moda están en los últimos tiempos los depósitos estructurados que vinculan su rendimiento final al comportamiento de unas determinadas acciones, índices... El último banco en incorporarse a ella -cada ocasión son algo más originales, decantándose por todo lo vinculado a energías renovables o fuentes de energía alternativas- ha sido el Pastor, con su Depósito Pastor Triple Oportunidad que, en función de la evolución de las acciones de Vodafone y de Renault, puede lograr una rentabilidad anual del 7,5%, bastante lejos de la que se obtendría si se eligiese la deuda pública nacional a tres años. Bajo condiciones similares -los valores elegidos son otros o se recurre a los índices-, la oferta actual es bastante amplia: DepoClip Ibex Banda Ancha de Bankinter, DepoClip del Agua de la misma entidad; Depósito Líder de Ibercaja; Depósito Energías Renovables y Depósito Inversión de Caixa Terrassa...
Los depósitos no son la única fórmula. Los fondos garantizados, que en los últimos años parecían estar -teniendo en cuenta el buen comportamiento de los mercados bursátiles- algo denostados, son ahora la fórmula a la que, de nuevo, más recurren las entidades gestoras. Se vende seguridad en tiempos de incertidumbre. Como sucede con los depósitos estructurados, los fondos garantizados aseguran al inversor que recuperará su dinero, pero poco más. La rentabilidad final depende una vez más del comportamiento de acciones o índices bursátiles. Ahí están BBVA top 4 garantizado, con ganancias en función de BBVA, Telefónica, Repsol e Iberdrola; FondMapfre garantizado 803, que depende del DJ Eurostoxx Banks, DJ Eurostoxx Utilities y DJ Eurostoxx Telecommunications; FonCaixa Garantía Oportunidad Emergente II, vinculado a una cesta de índices bursátiles: S&P Bric 40, Ceceur y Kospi 200, de Corea del Sur; o Eurovalor garantizado Recursos Naturales de Banco Popular, dependiente de una cesta de ocho acciones del sector Recursos Naturales.
Antes de tomar posiciones en cualquiera de ellos, las preguntas que cualquier inversor debiera plantearse son: si no asumiera ningún riesgo y mantuviera durante el plazo inicialmente establecido la inversión, ¿qué rentabilidad podría obtener, por ejemplo, con la renta fija y, de entre ella, la deuda pública? ¿Mayor? ¿Menor? ¿Compensa el riesgo?
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