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Halladas en Ciudad Real dos bombas de ETA abandonadas

Son artefactos no utilizados durante la ofensiva terrorista de julio de 2005

Jorge A. Rodríguez

Un ciudadano rumano que paseaba el miércoles por los robledales que bordean el embalse de la Torre de Abraham (Retuerta del Bullaque, Ciudad Real) se encontró con una bolsa semienterrada que ocultaba dos bombas abandonadas de ETA y material sobrante de haber montado otros artefactos. Los dos artefactos contenían unos diez kilos de amonal, más otro kilo y medio de cloratita, todo en muy mal estado. Con toda probabilidad, el explosivo estaba allí desde finales de julio de 2005, cuando ETA perpetró en la zona un atentado sin víctimas.

Las fiambreras contenían más de 11 kilos de explosivo muy deteriorado

La bolsa de basura se encontraba semienterrada junto a un pequeño túnel que atraviesa la CM-403, muy cerca del parque natural de Cabañeros. El hallazgo se produjo sobre las cuatro de la tarde del miércoles, y fue comunicado unas dos horas después a la Guardia Civil del puesto de Sonseca. No había duda de que aquello era de ETA porque una de las bombas llevaba pegado en anagrama de la organización terrorista.

Los artificieros (Gedex) de la Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real se hicieron cargo del material, cuya revisión concluyeron a las dos de la mañana del Jueves Santo.

Dentro de la bolsa había dos fiambreras de plástico. Una de ellas, envuelta con cinta de embalar, contenía cinco kilos de un polvo grisáceo, posiblemente amonal, y unos 765 gramos de lo que parecía cloratita, metida dentro de un cilindro, según informó ayer el Ministerio del Interior. Todo estaba rodeado por cordón detonante. Esta tartera llevaba adosada otra menor, de color beige y rotulada con el anagrama de ETA, que contenía un temporizador, con dos pilas puestas, y dos detonadores.

La otra fiambrera estaba montada exactamente igual que la primera, sólo que con 65 gramos menos de cloratita. También tenía pegada otra fiambrera más pequeña, también beige y marcada con el anagrama de ETA. Llevaba un temporizador, aunque sin pilas y sin detonador. Bajo las tarteras, los artificieros hallaron 24 carcasas de pilas de nueve voltios, todas vacías menos una.

Este último dato apunta a que las bombas proceden de una partida mayor, probablemente de la serie de bombas que la banda colocó el 28 de julio de 2005, coincidiendo con la operación salida de las vacaciones de verano. Una de ellas fue situada cerca de la carretera nacional 403, que luego enlaza con la CM-403, junto a la que se produjo el hallazgo del miércoles. Los Gedex encontraron, al revisar los restos de la explosión, restos de tres pilas de nueve voltios y de otras tres de 1,5 voltios. Ese día hicieron explosión dos bombas. Cinco meses después, cuatro niños localizaron en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) cuatro fiambreras abandonadas, muy parecidas a las ahora encontradas.

Puerto Lápice y Madridejos (localidades entre las que estalló una de las bombas de julio de 2005), así como Villarrubia de los Ojos, están en un radio de unos 100 kilómetros del embalse donde el paseante, residente en Sonseca, se topó con las bombas abandonadas. El hombre iba de paseo por los numerosos caminos para senderistas de la zona cuando, tras beber agua en una famosa fuente del embalse, se dirigió hacia una ladera cubierta de vegetación "para hacer sus necesidades apartado", según relatado a Efe Adrián Pavón, el alcalde de Retuerta del Bullaque.

Fue entonces cuando vio que, entre los arbustos y casi cubierta de tierra, sobresalía una bolsa verde de basura con unos cables. Cuando regresó a su pueblo avisó a la Guardia Civil del hallazgo. El material, aunque deteriorado, tenía capacidad explosiva y una mala manipulación podía haber causado una desgracia. La zona es muy transitada por senderistas y en el entorno se ubican varios complejos de casas rurales.

Lugar donde se hallaban las bombas localizadas el miércoles.
Lugar donde se hallaban las bombas localizadas el miércoles.EFE

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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