El Supremo estudia el derecho a las armas
El Tribunal Supremo de EE UU comenzó a considerar ayer si la prohibición de tener armas de fuego en la capital supone una violación de la Constitución. El Ayuntamiento de Washington ha llevado el caso ante la máxima instancia judicial, ya que en marzo del año pasado un juzgado federal declaró ilegal esta medida. En 1976, y por votación popular, el Distrito de Columbia prohibió la tenencia de armas dentro de los límites de la ciudad.
Desde ahora hasta junio, el Supremo deberá decidir sobre la interpretación de la Segunda Enmienda de la Constitución, que dice que "una milicia bien regulada es necesaria para la seguridad de un Estado libre y el derecho del pueblo a guardar y poseer armas no puede ser violado". Estas 27 palabras son la única referencia a las armas en toda la norma fundamental de EE UU. Durante décadas, juristas e investigadores han debatido sobre si esta frase aprueba simplemente la existencia de un ejército o si, además, permite que cualquier ciudadano pueda tener un arma para protegerse.
"¿Qué hay de razonable en una prohibición total?" le preguntó ayer el juez conservador John Roberts al abogado que representa al Ayuntamiento. En la vista oral de ayer, una mayoría de los jueces dejó entrever que se decantaba por una interpretación conservadora de la ley, que otorgaría a los ciudadanos de Washington la posibilidad de tener armas. El también juez conservador Antonin Scalia dijo que la Segunda Enmienda garantiza tanto el derecho del estado a tener un ejército como el derecho individual a defenderse con armas de fuego. "La coexistencia de ambas ideas es plausible y razonable", dijo.
Un grupo de seis residentes del Distrito de Columbia llevó al Ayuntamiento a los tribunales en 2001. Querían que se revocara la prohibición de comprar y tener armas en la ciudad ante el elevado número de homicidios que se registran en la ciudad cada año. Sólo en 2001 hubo unas 220 muertes violentas en la ciudad. Cuando el tribunal federal dio la razón a los demandantes, el Ayuntamiento decidió llegar hasta la máxima instancia judicial. "Sea lo que sea lo que la Segunda Enmienda garantiza, seguro que no requiere que el Distrito de Columbia se aparte a un lado mientras mueren sus ciudadanos", dijo ayer ante el Tribunal Supremo el alcalde, Adrian Fenty.
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