Bélgica sale de la parálisis con un Gobierno de cinco partidos
El acuerdo deja de lado la espinosa reforma institucional
El líder cristiano demócrata flamenco, Yves Leterme, logró ayer, nueve meses después de haber ganado las elecciones, formar al fin un Gobierno definitivo en Bélgica. El nuevo Ejecutivo estará formado por cinco partidos: dos flamencos y tres valones, rompiendo así la tradicional paridad de fuerzas de los gobiernos belgas. Los flamencos del norte del país, que representan el 60% de la población, estarán representados por los cristiano demócratas (CDV) y los liberales (Open VLD), liderados por Bart Somers. Por parte de los valones francófonos participarán los liberales de Movimiento Reformista, presidido por Didier Reynders, los cristiano demócratas humanistas, que lidera Jöelle Milquet, y los socialistas dirigidos por Elio Di Rupo.
El acuerdo, que se cerró en la madrugada de ayer tras 23 horas de negociaciones, adolece de fragilidad al no haber logrado una solución para la reforma institucional, que es el auténtico conflicto en el que se encuentra enzarzado el país. Durante la pasada campaña electoral, los cristianos demócratas flamencos y sus aliados nacionalistas del NVA (Nueva Alianza Flamenca) lograron una clara victoria con un programa que prometía una profunda reforma institucional que otorgaría más poder a las regiones. Los flamencos, los antiguos campesinos del norte que en los últimos años se han convertido en el motor empresarial del país, exigían más competencias, especialmente en empleo y sanidad.
La reforma institucional apenas ocupa media página de los 43 folios del documento de Acuerdo de Gobierno que presentó ayer Leterme, que señala las insuficiencias del actual reparto de competencias. El contenido sustancial del pacto es un ambicioso plan de estímulo de la actividad económica que prevé crear 200.000 empleos en los próximos cuatro años y una profunda reforma de política de inmigración.
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