Una explosión provocada mata a tres personas en un piso de Barcelona

Ana Moreno Pardillos no contesta al teléfono móvil. Cada vez que la llaman, salta el buzón de voz. Los Mossos d'Esquadra no consiguen localizarla. Buscan a esta mujer de unos 50 años y con graves trastornos mentales porque sospechan que ayer, a primera hora de la mañana, provocó una explosión en su piso de Barcelona. La tremenda deflagración llevó la desgracia al barrio obrero de La Verneda: murieron tres personas que se encontraban en la cocina del piso contiguo al de Moreno.

Los cuerpos de las víctimas quedaron totalmente carbonizados, por lo que sólo las pruebas de ADN, que no estarán listas hasta dentro de unos días, permitirán aclarar su identidad. En el 1º 4ª -donde se hallaron los cadáveres- vivían cuatro personas: una mujer viuda y sus tres hijos, de entre 15 y 25 años. Fuentes de la investigación apuntaron ayer que las víctimas pueden ser los tres hermanos. La policía no descarta, sin embargo, ninguna otra hipótesis. Incluso que una de las fallecidas pueda ser la propia Ana Moreno.

La explosión dejó un herido grave: M. A. H. M., una mujer de 57 años que sufre quemaduras de segundo grado en ambas manos y está ingresada en el hospital Vall d'Hebron. Se trata, según las mismas fuentes, de la madre de los tres jóvenes. Otras 13 personas resultaron heridas leves por inhalación de humo y fueron dadas de alta a las pocas horas.

Todo apunta a que la explosión fue intencionada. Ana Moreno iba a ser desahuciada a las 9.30 horas de ayer por orden judicial. Había dejado de pagar el alquiler del piso, que es propiedad de su hermana y de su cuñado. El pasado viernes, en una carta al director publicada en El Periódico de Catalunya, Moreno aseguraba que estaba "desesperada" tras cinco intentos de desahucio. "Debí dejar que mi ex me matara a golpes porque es peor el maltrato de la administración que el que recibes de puertas para adentro", añadía. La orden de desahucio debía haberse cumplido ya el 20 de febrero, pero Moreno se negó a abrir la puerta.

Según los vecinos, Moreno está trastornada. "Una vez echó aceite y sal en la escalera para ahuyentar a los malos espíritus", dijo Ángeles Carretero, vecina del bloque. Cinco minutos antes de la explosión, Domingo Vázquez, que vive en la cuarta planta y salía a trabajar, vio a Ana salir de la puerta de casa con dos bolsas.

Los bomberos descartaron que una acumulación de gas natural provocara la explosión, pese a que es el combustible instalado en la finca. Mossos y Generalitat investigan ahora si una bombona de butano, junto a cualquier otro elemento, están en el origen del siniestro. Los vecinos aseguraron que percibieron un fuerte olor a gasolina pocos minutos antes de las 7.30.

Las llamas provocaron escenas de terror y obligaron a desalojar a 37 personas. Aunque la estructura del edificio "no está dañada", los afectados no podrán volver a sus viviendas "hasta que se repongan los servicios de agua y gas", señaló Joan Asín, jefe de los bomberos. Los vecinos se alojarán temporalmente y con cargo al Ayuntamiento en un hotel de la avenida Meridiana, el mismo que acogió a los afectados por el hundimiento de un túnel del metro en el Carmel.