Literatura con muchos bites
La 'blogera' Catherine Sanderson publica su bitácora
"Ella es más sexy, ingeniosa y atractiva. Petite Anglaise es una versión mejorada de mí". Catherine Sanderson no escatima piropos cuando habla de su yo virtual. Y eso que su narrador digital ha puesto su vida patas arriba. Se las apañó para que la despidieran en 2006, consiguió seducir a un guapo traductor inglés, y la armó de valor para engañar y abandonar al padre de su hija.
"No me arrepiento. No cambiaría ni una coma de lo que escribí", asegura con la misma rotundidad con la que vapulea las teclas de su ordenador desde julio de 2004, cuando fundó su bitácora, Petiteanglaise.com. Un blog con un fondo rosa que devoran unos 100.000 internautas al mes, y que en 2006 alcanzó las 40.000 visitas diarias para conocer las ofertas de las editoriales.
"Me agasajaron. Los responsables de Penguin me dieron la bienvenida con una ración de fish and chips envuelta en papel de periódico. Se habían leído hasta el último rincón de mi bitácora y sabían lo mucho que echaba de menos el plato inglés", relata Catherine Sanderson, de 35 años y natural de Yorkshire (Inglaterra). Finalmente, la editorial británica se llevó el gato al agua: un jugoso contrato de 653.163 euros para publicar 20.000 copias de un libro basado en el blog y una futura novela de ficción. La obra Petite Anglaise. In Paris. In love. In trouble (En París. Enamorada. En problemas) se encuentra desde su publicación, el 6 de marzo, entre las 20 biografías más vendidas en la librería online Amazon. Un fenómeno comercial editado en Holanda y que en los próximos meses se difundirá en Italia, Alemania, Finlandia, Polonia, Israel, Islandia, Canadá y EE UU. Una autora que demuestra que los caminos para convertirse en escritor de éxito están cambiando.
"Me cautivó el estilo, la honestidad y la calidad de sus escritos", recuerda Sanderson por teléfono. "Belle de Jour, la bitácora de una prostituta londinense que ya ha vendido más de 100.000 libros, me enganchó. Y a los dos días abrí mi web", relata. "Mi vida era muy aburrida. Mi álter ego la llenó de emoción".
Amor, cuernos y escenas de cama; un cóctel infalible. La prensa británica empezó a llamarla "la Bridget Jones de París". Sanderson ventilaba sus conflictos laborales -como secretaria de la empresa de contabilidad Wilson Dixon-, sus problemas familiares -con sus padres, por su adopción, y con su hija, por "querer más a su padre"- y sus devaneos con un joven británico llamado James.
Literatura digital, ágil y algo deslenguada. Una autobiografía no exenta de narcisismo. Rubia, alta, delicada y de piel blanquísima, esta británica afincada en París desde hace 13 años, es lo que los franceses llaman "une petite anglaise" (inglesita). Un título sugerente con el que la licenciada en Filología Francesa y Alemana bautizó su blog. Una identidad online que no le ahorró escándalos sensacionalistas, ni celebridad. "Preservar mi anonimato, el de mis familiares y el de mi empresa fue siempre mi deseo", asegura. En el blog de la autora, su ex pareja responde al gracioso mote de Mr. Frog (señor Rana, apodo con el que los británicos se refieren a los franceses) y su hija, Tadpole (Renacuajo). Sin embargo, en abril de 2006 Wilson Dixon, la empresa para la que trabajaba desde hacía cuatro años, la puso de patitas en la calle. "Alegaron que mi web dañaba su imagen". Un aluvión de e-mails y comentarios la alentaron a llevar el caso ante los tribunales. La justicia le dio la razón y Sanderson se embolsó 44.000 euros como compensación. Suficiente para ir tirando. Para pagar la hipoteca de "mon petit appartement" -se le escapan continuamente términos en francés-; para pagar la educación de su hija. De sobra para que su cara angelical de bobo, o bourgoise bohème (burguesa bohemia, como Sanderson se autodefine) saltara a las páginas de los principales periódicos británicos y franceses (The Guardian, Independent, Le Monde, L'Express) y para que su voz se escuchara en las televisiones de medio mundo (BBC, CNN).
Trasladar el blog al papel no fue fácil. "Lo reescribí casi todo. E integré los comentarios de los internautas en el texto, como si fueran el coro del teatro griego. El blog estaba redactado a trompicones. La novela es más lineal".
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