Siete desiertos

El periodista barcelonés habla de la aventura que recoge su libro 7 desiertos con un par de ruedas, publicado por Saga Editorial.

Siete desiertos en bici. ¿A quién se le ocurre?

Desde pequeño me ha atraído el desierto. Y como ya tenía experiencia con la bici...

Alguna sorpresa encontraría en medio de la nada.

Muchas. Empezando por la fauna. Por ejemplo, los elefantes nómadas del desierto del Namib, en Namibia, que buscan agua cavando...

¿Todo inofensivo, entonces?

Bueno, una noche, en el Namib empecé a escuchar un extraño sonido fuera de la tienda. Supuse que era un jabalí y salí a gatas con la linterna...

Siga, siga...

Encontré dos cobras. Aún no sé cómo, pero cogí una roca enorme y las aplasté. Soy conservacionista y lo sentí mucho: reaccioné instintivamente.

Me deja de piedra.

En el Gobi, en Mongolia, me mordió un perro. Me acordé de un capítulo de House sobre un paciente con rabia y me entró la paranoia: creía tener todos los síntomas. Menos mal que al final no fue nada.

¿Se cruzó con gente peculiar?

Buf, desde un motorista alemán en Australia hasta varios ex militares que vivían en caravanas en el desierto del Mojave, en Estados Unidos.

¿Algún pinchazo?

Tuve miles. El peor, en medio de una tormenta de arena en el Sáhara. Me tuve que tapar entero con el saco de dormir durante horas y esperar a que pasara.