Murió al intentar recuperar su balón
La portería que golpeó al joven de Alcorcón carecía de sistema antivuelco
David tenía 15 años. Había acudido en la tarde del jueves junto a tres amigos más al polideportivo Santo Domingo de Alcorcón (167.000 habitantes) a jugar al fútbol. En un lance del juego, el balón quedó atrapado entre la red y la valla perimetral de la cancha. David se colgó del larguero de la portería y se balanceó para intentar recuperar la pelota dándole un puntapié. No lo consiguió a la primera. La portería basculó peligrosamente, pero volvió a intentarlo. En esta segunda ocasión la estructura cedió, según relataron a la policía los testigos.
El joven cayó al suelo golpeándose la cabeza. La portería se desplomó sobre él. Nadie, ni sus amigos, uno de los cuales procedió rápidamente a retirar la estructura, ni el médico que en esos momentos se encontraba en el polideportivo, ni los servicios de emergencia, pudieron hacer nada. Murió minutos más tarde mientras sus padres y abuelos, que se habían desplazado rápidamente al centro deportivo, estaban a pocos metros del lugar del suceso.
La pista de fútbol, escenario de la muerte de David, se encontraba ayer vacía. Operarios municipales procedieron a media mañana a precintarla. Sólo quedaba un pequeño ramo de flores en el lugar en el que se encontraba la portería, desplazada a una esquina como si purgase la vergüenza de la culpa.
Pero, ¿fue la portería la culpable?, ¿cumplía con la normativa de seguridad que se exige para este tipo de equipamiento? El Consejo Superior de Deportes establece que este tipo de porterías de fútbol-sala no deben estar fijadas al suelo, aunque han de contar con un sistema antivuelcos. No especifica cuál debe ser este sistema, si bien indica que ha de cumplir los requisitos de resistencia y estabilidad que exige la normativa europea: es decir, debería mantenerse estable al aplicar una fuerza horizontal de unos 100 kilos desde el centro del larguero con una cuerda de tres metros.
A simple vista, ninguna de las porterías del polideportivo Santo Domingo, incluida la que provocó la muerte del joven, presentan ningún sistema antivuelco. No obstante, el Ayuntamiento de Alcorcón aseguró ayer que las estructuras "están en perfecto estado de mantenimiento y uso, cumpliendo con los requisitos" marcados por las normativas vigentes. A pesar de ello, el edil de Deportes, Salomón Matías, ha encargado un informe "a una empresa especializada con el fin de que realice las oportunas comprobaciones". En todo caso, ya será tarde para David.
Más concreto fue el presidente de la Federación Madrileña de Fútbol-sala, Julio Cabello, quien advirtió ayer que "el 99% de las porterías de polideportivos y centros escolares incumplen las condiciones de seguridad homologadas. No están fijadas al suelo, pero podrían volcar".
Familiares del adolescente -entre ellos sus padres, Ángel y María de los Ángeles, y su hermana de 19 años-, así como profesores y alumnos del centro educativo La Inmaculada, donde estudiaba, abarrotaban ayer el tanatorio. "Era un chico muy cariñoso, le encantaban los deportes, siempre estaba practicándolos", explicaron los tíos abuelos de David, recién llegados de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), de donde era natural la madre del fallecido. Buen estudiante, abierto y cariñoso, eran adjetivos que, a pequeños retazos, se fueron desperdigando durante la mañana en recuerdo del joven entre lágrimas y abrazos. El cuerpo del adolescente será incinerado hoy por la mañana en Alcorcón.
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