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Reportaje:

De Las Margaritas a Múnich

El Getafe, que se medirá al Bayern, estaba en Tercera cuando el histórico equipo germano levantaba sus primeras Copas de Europa

Ni David y Goliat se atrevieron a tanto. El sorteo de los cuartos de final de la Copa de la UEFA ha deparado un encuentro entre dos equipos con una historia nada común. Es lo que tiene el fútbol, capaz de brindar en bandeja al Getafe el sueño de batirse con el Bayern Múnich, ganador de cuatro Copas de Europa.

"¿Quién me iba a decir que estaríamos jugando la Liga, las semifinales de la Copa y los cuartos de la Copa de la UEFA?". La sorpresa y la ilusión se entremezclan en la voz de Jesús Sacristán, presidente del Getafe de 1956 a 1959 y de 1960 a 1962. A sus 89 años, aún recuerda como si fuera ayer al joven Luis Aragonés recién llegado al Getafe cuando era juvenil. Dos temporadas pasó allí el actual seleccionador, pero le bastó para conseguir que el Getafe ascendiera a Tercera. "La siguiente, la 1957-58, nos jugamos la fase de ascenso a Segunda ante el Almería", continúa Sacristán, "y me ofrecieron 100.000 pesetas por dejarnos ganar. Pero nos negamos".

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El Getafe no consiguió el ascenso, pero la fe que Sacristán mostró en aquel equipo sigue intacta. "Veo difícil ganar al Bayern, pero, si lo logramos, será casi como un sueño". Y él no se lo quiere perder. Ni en el partido de ida en Múnich, el 3 de abril, ni en el de vuelta, el 10, en el Coliseum Alfonso Pérez, la versión moderna de Las Margaritas, el antiguo estadio donde durante muchos años penó el Getafe en categorías inferiores. En el Coliseum estará Sacristán, el socio número 11, con su carnet y sentado en su butaca. Siempre en su butaca. "Me invitan muchas veces al palco, pero yo prefiero mi asiento".

Quien sí estará allí para recibir al equipo alemán será el alcalde de Getafe, Pedro Castro (PSOE). Aún se acuerda de cuando iba a ver al Getafe jugar contra el Navalcarnero en Regional. De que el club estuvo a punto de desaparecer por las deudas. De cómo intentó mediar entre aficionados del Getafe y El Álamo cuando se jugaban un ascenso a Preferente y un guardia civil le culpó del altercado. Incluso de cómo sacó un día al defensa Carlete en el maletero para que no le agredieran los rivales.

Ahora el club está en Primera División (noveno), en la que lleva cuatro temporadas consecutivas. Y se pasea por Europa. Es el único equipo español junto al Barcelona que continúa vivo en esos lares. Su buen hacer en el terreno de juego ha tenido también consecuencias positivas para la ciudad. "El equipo ha impulsado un cambio social, económico y deportivo", subraya Castro, quien destaca que la cantera del Getafe tiene 1.200 chavales en su escuela y otros 5.000 en los barrios. Nada que objetar a un club que cuenta con 12.000 fieles azulones en un ciudad de 160.000 habitantes. Muy lejos de las cifras del Goliat bávaro: 120.000 socios (diez veces más que el Getafe) y casi 1.400.000 habitantes. Por eso, alcanzar los cuartos de final en su primer paso por Europa es una proeza para ellos.

"Antes, cuando tenía que ir a Toulouse o Hamburgo para intentar convencer a las empresas de que se instalaran en nuestro parque tecnológico, tenía que llevar una maleta llena de DVD para explicar qué es Getafe", asegura el alcalde; "desde que estamos en Primera, no tengo que llevar nada porque en Europa se da por supuesto que un equipo de Primera está en una ciudad de primera".

Sacristán también se sorprende de que el nombre del Getafe esté en boca de todos. Su memoria aún le remite a los años cuarenta, cuando "Getafe sólo era un pueblo de agricultores" y él,propietario del bar Nacional, se apoyaba en la barra esperando a que los campesinos regresaran de su trabajo. O al Getafe de los años 70, cuando campaba por Tercera mientras el Bayern levantaba sus primeras Copas de Europa. "Y mira ahora. Me hace mucha ilusión jugar contra los alemanes", balbucea como si todavía no diera crédito.

Al club azulón le queda un camino duro por recorrer para llegar a las semifinales. Delante tendrá a un conjunto histórico, el Bayern, que encabeza la Bundesliga sin mostrar titubeos. Lleva 50 puntos (a siete puntos del Werder Bremen, el segundo clasificado) y sólo ha perdido un partido. La misma única derrota que acumula en la Copa de la UEFA: 1-2 ante el Anderlecht el pasado miércoles.

Un fortísimo rival para el Getafe, pero no imposible. ¿Y si gana? "¡Madre mía!". Las palabras de Sacristán se agotan ante la posibilidad de que el sueño se convierta en realidad.

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