"El problema del paisaje actual es la fragmentación"
Es extraño que un arquitecto se preocupe más por el terreno que por lo que hay construido en él. Peter Latz (Darmstadt, 1939) siempre lo ha hecho. Con su mujer, Anneliese, y su hijo Tilman lidera Latz & Partners, dirige uno de los estudios de arquitectura del paisaje más rompedores del mundo, especializado en recuperar suelos industriales sin camuflar ese pasado. La reconversión de una antigua zona industrial en el Parque de Duisburg (Alemania) fue lo que le dio fama mundial. Hoy se ha especializado en corregir paisajes. Acaba de abrir oficina en Londres y además de firmar recuperaciones de paisajes en varios países, de Estados Unidos a China, arropa edificios de las estrellas arquitectónicas. El último en llamarlo ha sido Norman Foster. Participa en la muestra Grandes paisajes de Europa de la Fundación César Manrique, en Lanzarote.
"Necesitamos jardines para compensar la vida que llevamos. En España, las ciudades tienen densidades de locura"
PREGUNTA. ¿Todos los paisajes industriales deben salvarse?
RESPUESTA. Los lugares industriales no son sólo fábricas, también las canteras o las infraestructuras viarias con las que se transportaba la industria se vuelven a utilizar. La transformación debe hacerse con cuidado. Cada periodo histórico y cada lugar tienen un tipo de industria y cada industria una tipología arquitectónica. La textil, por ejemplo, construía fábricas de ladrillo. Hoy la mayoría de esos edificios están desmontados. El acero se trabajaba en edificios con estructura de hierro levantados con tan poco espesor que hoy no queda edificio, sólo fachada.
P. ¿Cuándo merece la pena salvar esos escenarios?
R. Se debe comprobar por ejemplo a qué apariencia se han acostumbrado los habitantes de un lugar. Ver si la destrucción ha hecho desaparecer una realidad anterior. El paisaje, como la arquitectura, funciona a capas. La industria cuando se asentó borró el paisaje de la economía agrícola anterior. Por eso alguien que recupera debe plantearse hasta dónde retroceder.
P. ¿Hasta dónde?
R. La teoría dominante hoy es regresar hasta el paisaje más natural, el anterior a la época industrial.
P. ¿Es posible?
R. Ni es posible ni tiene sentido. También ese paisaje agrícola anterior era el producto de una forma de economía.
P. ¿Es preciso buscar los paisajes en el pasado? ¿No hay uno de nuestro tiempo?
R. El de nuestros días todavía no existe. Sólo está en nuestras cabezas. Se verá dentro de 20 o 30 años.
P. Pero lo estamos construyendo ahora. ¿Cómo lo estamos haciendo?
R. Con peleas de bandos y teorías. Del choque de teorías distintas deriva la fragmentación del paisaje actual. El principal problema que tiene hoy el paisaje es la fragmentación. Es como un patchwork de fragmentos inconexos.
P. ¿Se podría hacer un urbanismo del paisaje que diese continuidad a uno y a otro?
R. Es difícil. Cada profesión tiene una opinión del tema que considera la buena. Para un ecologista la fragmentación del paisaje es un desastre. Si preguntas a los arquitectos te dirán que desde el punto de vista estético es fatal. Y los economistas te dirán que así se puede vivir estupendamente. Y también los sociólogos.
P. ¿Usted qué piensa?
R. Que depende del tamaño de los fragmentos. Muy grandes o muy pequeños, son difícilmente sostenibles. En Europa del Este no quedan lugares en los que los procesos naturales se puedan desarrollar.
P. ¿Qué es más difícil de limpiar en un paisaje? ¿La contaminación? ¿La historia?
R. Lo más fácil es acabar con todo. Pero sería lo mismo que tirar la vajilla al acabar de comer. Hay que elegir caminos un poco más difíciles. No sólo por una cuestión cultural. También para mantener los recursos. En el paisaje también existe el valor de uso y, por supuesto, el valor material.
P. ¿Qué piensa de las plazas urbanas, duras, sin vegetación?
R. Tienen otra función. Satisfacen la necesidad de la gente de agruparse, de encontrarse. Se llegó a pensar que la plaza urbana desaparecería con el desarrollo de internet. Pero ha ocurrido lo contrario. Internet despierta el hambre de encontrarse con otros.
P. ¿El espacio urbano sin vegetación le parece deshumanizante?
R. Ambos son necesarios, con y sin vegetación. En según qué clima es mejor que no tengan vegetación. Si no se puede asegurar su mantenimiento, por ejemplo.
P. En el jardín del siglo XXI, ¿qué es fundamental, la parte social o la ecológica?
R. Siempre lo más importante es lo que no se tiene. Necesitamos jardines para compensar la vida que llevamos en las ciudades. En España, las ciudades tienen densidades de locura. Eso provoca necesidad de tocar verde. En Alemania las densidades son bajas y el verde mucho. Nuestro déficit es de lugares urbanos de encuentro.
P. ¿Qué hace que un jardín sea sostenible?
R. Un jardín debería serlo siempre. Lo contrario es un error. Los garden center han dado como resultado el jardín de usar y tirar. Y esa situación debe corregirse. Es ridículo cometer en los jardines los mismos errores que en las casas. En España, un jardín inglés de césped abierto es una locura, como construir un chalet suizo. Yo nunca utilizo césped en mis jardines privados. El jardín de una casa debería cuidarlo cada uno.
P. En su estudio trabajan sociólogos y economistas. ¿Cómo intervienen diseñando jardines?
R. En los grandes parques públicos, el sociólogo representa el punto de vista de los usuarios. Su trabajo es malo porque requiere mucho tiempo y brilla poco. Por eso no suelen llegar a esa mediación los mejores sociólogos.
P. ¿A quién representan los economistas?
R. Un economista suele estar muy bien pagado y le interesan poco los jardines que no pagan tan bien. Pero sirven para detectar las depresiones de las ciudades antes de que no tengan cura.
P. ¿Cómo se detectan?
R. Cuando llega el deterioro es ya demasiado tarde: pintadas, delincuencia, suciedad...
P. ¿Un parque puede solucionar eso?
R. Es la manera más económica de solucionar los problemas sociales. Puede ayudar al entorno. En Duisburg mejoramos un barrio industrial. Ahora la gente cuida también sus propias casas.
P. ¿Cuál es su secreto como paisajista?
R. El secreto de nuestra oficina es que diseñamos siempre pensando en el invierno. Lo que resiste el invierno es maravilloso en verano. Los veranos no son un problema en los jardines. Los inviernos pueden matarlos. -
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