El triunfo del emigrante tenor hace vibrar a Rumania

Del andamio, la paleta y el cemento al escenario. Costel Busuioc, el albañil rumano de 33 años que había sido uno de los favoritos del público durante semanas, ganó el miércoles por la noche el concurso de talento musical Hijos de Babel (TVE). Busuioc, conocido como el Pavarotti de Rumania por su poderosa voz, venció con una interpretación del aria Nessun dorma, de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini. Beatriz y el dúo formado por Yusmanis y Ricardo, los tres de origen cubano, quedaron en segundo y tercer lugar.

"Mi vida depende ahora de Dios y de Sony", bromea Costel

Rumania celebró con fuegos artificiales el triunfo del albañil

Busuioc ha hecho vibrar a la comunidad rumana en España -hay empadronados 527.019- y también a su propio país, donde se han llegado a emitir las galas de esta operación triunfo para inmigrantes en directo, en cadenas como Realitatea. Este albañil, con los estudios de primaria apenas terminados y prácticamente ningún tipo de formación musical, se ha convertido en un héroe en Rumania. Allí se festejó su victoria con fuegos artificiales. "Me ha llamado hasta el presidente, Traian Basescu, me ha felicitado y me ha dicho que está muy orgulloso de mí porque voy a dar una buena imagen de Rumania", explicaba ayer emocionado a EL PAÍS. "Me ha dado un consejo, que cuide mi voz y que siga formándome", sigue.

Basescu no es el único al que ha emocionado el tenor. "Los rumanos me han apoyado muchísimo. En el fondo, mi historia de triunfo es la suya. Soy una esperanza para ellos", dice. De origen muy humilde -procede de una familia muy pobre de 12 hermanos-, Costel abandonó su casa con 14 años para trabajar de pastor en la otra punta del país. Más tarde fue empleado de mantenimiento de trenes y masajista en un centro de discapacitados. "Había que hacer de todo. Necesitaba el dinero y apenas tenía tiempo para poder ir a clases de canto, pero siempre ha sido mi pasión", cuenta. "La música, y sobre todo la ópera, me sale desde dentro del corazón", explica entre rumano y español. Aun así aprovechaba todas las oportunidades que tenía para cantar. "Sobre todo en la iglesia", ríe.

Casado y con cuatro hijos, emigró a Madrid hace dos años. "Con lo que ganaba en Rumania no podía ya mantener a mi familia y decidí marcharme. Sabía que en España hay muchos concursos de talentos y pensé que quizá podía presentarme a uno de ellos", cuenta. Una vez en España trabajo en una obra. "Por el día era albañil, pero dormía también en la obra, para vigilarla", explica. Allí se hizo popular entre sus compañeros. "No paraba de cantar, en el andamio, en las pausas...", dice.

Costel aún no puede creer que haya ganado el concurso. "Durante la gala no entendía muy bien, mi español no es muy bueno, y pensé que ya no tenía posibilidades", cuenta. Sin embargo, su victoria supone la grabación de un disco con la casa Sony BMG. "Creo que ya nunca más tendré que trabajar en la obra. Mi vida depende ahora de Dios y de Sony", bromea. Ha recibido otras propuestas. El ministro de Cultura rumano le ha ofrecido una beca en la Universidad Nacional de Música de Bucarest para perfeccionar su técnica. "No he aceptado. Haré mi vida en España y traeré también a mi familia", dice.