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LA CALLE | De noche
Columna
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Pretensión 'lounge'

Para los paganos, hay que avisar de que lounge es un tipo de música jazz, lejos del be-bop o Benny Goodman, que aúna ritmos sensuales y desprovistos de una instrumentación recargada. Y de eso se puede comer. Hay un local que permite reconocer y descubrir sabores swing sin salir de Barcelona, y al ladito de La Rambla. De las brasas de aquel futurista restaurante llamado Lupino surge hoy este local desenfadado y con pretensión lounge llamado Rita Rouge, hermano de Rita Blue y pariente en estilo y armonía. La carta de platos es una amalgama divertida de diferentes especialidades que van desde la cocina thai a la mallorquina, pero sin problemas ni complicaciones, nada de querer ser un faro de eso que se llamó fusión.

Aroma latino de solomillo argentino y de ceviche. Aperitivos que transportan a otras puntas del mundo, conocido o no, como el hummus, los wedges de queso o la sugerente ensalada de sandía. El menú es amplio y asequible -al mediodía se puede comer por 10 euros-, aunque la carta de vinos podría ser más abundante. En cualquier caso, a ritmo de house y del batir de las cocteleras la noche pasa fina y esponjosa mientras se degusta un tumbet de bacalao o un solomillo en condiciones. Los postres sommelier también son curiosos.

Local de copas sí, y además de las barras y los sofás -sobre todo en la parte de Carme- que hacen la estancia, o la espera, agradable, el nivel de coctelería es notable. Sobre todo en esta ciudad donde cuesta encontrar un buen manhattan.

- Lo más: un gran ambiente. En lo musical, gracias al disc-jockey The Big Ruffinski, alma swing, y en el servicio por el camarero con sombrero, cortés, atento y valiente, de nombre Álex.

- Lo menos: la espera. Recomendación de paciencia. Incluso con reserva para acceder a mesa hacen falta, mientras se toma un aperitivo, tres cuartos de hora.

- Dirección: Rita Rouge tiene dos entradas: Carme, 33, y plaza de la Gardunya, Barcelona; 93 481 36 86. De lunes a viernes, de 10.00 a 2.00, y el fin de semana el cierre se alarga hasta las 3.00.

jfoguet@elpais.es

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