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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Revisionistas frente a Bin Laden

José María Ridao

La polémica entre Ayman al Zawahiri y el que fuera su principal mentor en el escalafón yihadista, el Doctor Fadl, se atiene escrupulosamente al destino de una organización que se adorna con los ropajes de la religión, pero que ha adaptado su actuación a las estrategias de un movimiento revolucionario.

No es una simple coincidencia que el Doctor Fadl haya encabezado el título del texto origen de la polémica con el término de Revisiones, ni tampoco que Ayman al Zawahiri haya respondido según el patrón clásico del discurso político revolucionario. No descalifica al Doctor Fadl como hereje, según convendría al lenguaje religioso. La acusación que lanza contra él es la de revisionista, a la que de inmediato añade una sospecha de connivencia con el cruzado y el judío. Es decir, retoma el esquema de aquellos grupúsculos revolucionarios de principios del siglo XX que convertían toda disidencia en una prueba incontestable de entendimiento con el enemigo.

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El Doctor Fadl emprende la crítica del yihadismo desde dos perspectivas diferentes y, más aún, irreconciliables. Por una parte asegura que los atentados suicidas son contrarios al Corán y a la doctrina y la práctica musulmanas. Por otra, sostiene que son contraproducentes para la causa que defiende el yihadismo. Si en el primer caso se trata de argumentos estrictamente teológicos, en el segundo son razonamientos políticos, incluso pragmáticos. Son estos razonamientos los que al Zawahiri ha querido contradecir de manera preferente en su respuesta al Doctor Fadl. Mientras que su autoridad como número dos de Al Qaeda para interpretar correctamente el texto sagrado entra en inevitable competencia con los centenares, miles de ulemas que existen en el islam, los títulos políticos de los que puede vanagloriarse son únicos y exclusivos: según su visión, los muyahidin han hecho fracasar la estrategia de Estados Unidos y ése es el mérito y el argumento decisivo en favor de la yihad. Para Al Zawahiri, pues, la eficacia de la acción importa más que la interpretación del Corán.

La polémica entre el Doctor Fadl y al Zawahiri acerca de la yihad demuestra hasta qué punto han confundido el objetivo muchos de los análisis que han circulado durante los últimos años en Europa y en Estados Unidos. Ante la brutalidad de tantos atentados cometidos antes y después del 11 de septiembre, la pregunta principal no consistía en identificar el supuesto precepto religioso que habría inspirado a los terroristas, sino en desentrañar la estrategia política que perseguían.

De estar llamados a perdurar, algo que nadie puede pronosticar en estos momentos, los argumentos cruzados por estos dos secuaces del terror pasarán a formar parte, en todo caso, de los breviarios políticos para instrucción de yihadistas, no de los manuales de teología musulmana. La barbarie extremista de Al Qaeda y sus acciones suicidas han provocado una profunda fractura en el mundo musulmán; hoy es Al Qaeda la que padece a su vez esa fractura. Una crisis dentro de la crisis, una fitna dentro de la fitna.

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