El 'puzzle' telefónico

La fotografía digital ha cambiado muchas cosas, pero puede que la más importante sea su inmediatez y, sobre todo, una nueva manera de revelar las fotografías. Ahora en el laboratorio más sofisticado se trabaja con la luz encendida, con un ordenador y un monitor en vez de una ampliadora y unas cubetas. Toda la tecnología de trabajo se reduce a saber manejar con soltura un programa de edición de fotografías digitales que, en el mejor de los casos, se llama Adobe Photoshop.

Con un poco de paciencia se pueden buscar en Internet fotografías de teléfonos de todas las épocas. Se trataba de escoger un centenar, que pudiesen siluetearse y aislarse una a una. Luego fue cuestión de ir montando con paciencia una imagen encima de la otra -cada una, una capa, en términos de Photoshop-, no sin antes ajustar el tamaño de cada teléfono a su tamaño real, de forma que no se apreciasen grandes diferencias de tamaño entre todos ellos. El rompecabezas se iba completando según se hacía aparecer cada teléfono encima o debajo de los que ya había. En realidad se trataba de que la apariencia final fuese la de un auténtico caos de teléfonos de última tecnología mezclados con otros más antiguos. Para que el efecto visual fuera más atractivo, aparte de tener en cuenta los tamaños, hubo que equilibrar los colores.