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ELECCIONES 2008 | Los partidos

El PP no aguanta el tirón y cede uno de sus cuatro escaños

El PP vasco no aguantó el tirón y perdió ayer uno de sus cuatro escaños en favor del PSE. Durante casi toda la noche, los populares se daban con un canto en los dientes manteniendo sus cuatro diputados viendo que el tirón del PSE no cesaba. Lo que para el PP ya suponía una victoria tras el batacazo de los anterior comicios generales, se convirtió al final de la noche en una derrota. Su mantenimiento en Euskadi, conservando unos porcentajes de voto muy similares a los de 2004, confirmaba que su suelo electoral era firme en estos momentos, pero el discurso se vino abajo al final.

En la cita electoral de hace cuatro años había perdido tres escaños, quedando a años luz de su objetivo declarado de convertirse en la primera fuerza política de Euskadi, por delante del PNV. Con esos antecedentes, los dirigentes del PP vendían en privado la idea de que aguantar es vencer. Los más optimistas planteaban incluso la posibilidad de llegar a cinco como máximo. Los resultados de ayer les aferran a una discreta, aunque digna, tercera posición.

Lejos queda la trayectoria siempre ascendente del PP en el País Vasco desde la refundación del partido y abruptamente interrumpida en las elecciones generales de 2004. Ahora, aguantar ya constituye un respiro y salva de cualquier crítica a la línea mantenida por la dirección, personificada en María San Gil. El PP queda como segunda fuerza en Vitoria y San Sebastián y pasa al tercer lugar en Bilbao.

Tras una campaña de alta tensión y con el asesinato del ex concejal del PSE Isaías Carrasco como telón de fondo, llega la hora de digerir los resultados. San Gil compareció en el hotel de Vitoria elegido por los populares para seguir el escrutinio, donde el ambiente general era de conformidad, para explicar que el resultado permite a su partido ejercer una oposición fuerte en España y despejar cualquier duda sobre la lectura del resultado: "Ha sido un éxito".

Aviso al nacionalismo

Leopoldo Barreda, el portavoz de la ejecutiva, advirtió al PNV de que las elecciones suponen un "serio aviso" al desafío nacionalista que tiene planteado al Gobierno central con su consulta de autogobierno. Con la vista puesta en ese desafío, Barreda recalcó que la lealtad al futuro presidente pasa porque cambie el rumbo en su política antiterrorista.

María San Gil insistió en que la subida del PSE en Euskadi no se ha producido a costa del PP -"no se ha trasvasado ni un voto"- y que el gran batacazo se lo ha metido el PNV. Sin embargo, San Gil hizo este anuncio sin esperar al último escrutinio.

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