Derrota histórica del PNV en su feudo
Por vez primera en 31 años de elecciones democráticas, el PNV ha perdido en Vizcaya. La derrota ha sido contundente, porque el ganador, el PSE, le ha superado en cerca de seis puntos y alrededor de 36.000 votos. El dilema sobre el partido que resultaría perjudicado por la pérdida de un diputado en Vizcaya (de 9 a 8) se resolvió en perjuicio de los peneuvistas, que se quedan con tres, y del PP, que lo perdió in extremis pese a que ha logrado un porcentaje de votos similar a hace cuatro años. El gran beneficiado es el PSE, que sube a 4.
Los socialistas superan ampliamente su techo electoral en Vizcaya, los 196.974 sufragios obtenidos en las elecciones generales de 1982, al rondar ahora los 230.000 votos.
El triunfo socialista se basa en su tradicional feudo de la Margen Izquierda, pero adquiere una especial relevancia la victoria en la capital, Bilbao. Como en las elecciones generales de 2000, el PNV vuelve a perder. Entonces fue a costa del PP, que le superó en más de 6.000 votos. Ahora los socialistas, que hace cuatro años obtuvieron 14.000 votos menos que el PNV, les superan en casi 19.000 sufragios.
En la Margen Izquierda, la victoria socialista es más evidente. En los cuatro principales municipios (Barakaldo, Portugalete, Santurtzi y Sestao), logra cerca de la mitad de los votos emitidos: desde el 47% en Santurtzi hasta más del 52% en Sestao.
El PNV mantiene su hegemonía en sus feudos tradicionales:las comarcas del Duranguesado, Lea-Artibai, Urdaibai y la zona de Mungia.
El PP se mantiene en porcentajes como hace cuatro años, sobre el 18,5% del total de votos, pero logra la victoria en Getxo, el tercer municipio más poblado de Vizcaya, al ganar por sólo tres votos al PNV, que como en el territorio y en otros municipios significativos pierde en torno al 6% de sufragios.
EA y Ezker Batua son los otros damnificados de los comicios. El partido de Unai Ziarreta sigue con su bajada en las elecciones generales desde la década pasada y pierde más de dos puntos (se queda en torno al 3%), mientras que EB ve reducidos sus apoyos a la mitad (un 4,3% frente al 8,9% obtenido hace cuatro años), con lo que es la formación que sufre el mayor descalabro entre las que han concurrido en el territorio vizcaíno.
La abstención es ocho puntos mayor, con un 32%, por lo que todo indica que la llamada de la izquierda abertzale sólo ha hecho mella en su núcleo de votantes fieles. En Ondarroa, donde funciona una gestora municipal después de que la presión radical impidiera la constitución del ayuntamiento, la abstención rondó el 58%. Pero hay un dato ilustrativo: el PSE es la segunda fuerza más votada, con el 13,4%.
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