Crónica de una resurrección
Calzados Fal mantiene la explotación de las tradicionales botas Chiruca
María Moliner estableció el término como genérico de botas de campo; Franco las calzaba en sus cacerías; eran las preferidas de estudiantes y obreros a la hora de correr delante de los grises en las manifestaciones... Las Chirucas, aquellas sencillas botas con suela de caucho, loneta y serraje, tuvieron un uso tan extendido que, según algunos estudios, en las décadas de los sesenta y setenta más de un 80% de la población había tenido algún par en algún momento de su vida. Son los años en los que Arnedo (La Rioja), junto con Alicante, Almansa y Mahón, forma el epicentro del calzado en España.
Es precisamente en la pequeña población riojana donde Manuel Abad Sanz, con los ahorros que había conseguido reunir en su etapa de emigrante en Francia, funda, en 1965, la empresa Calzados Fal -"junto con otros dos socios, mi padre empezó a fabricar unas botas muy resistentes para los agricultores de la zona".
Chiruca ha dejado de ser un tipo determinado de calzado y se ha convertido en una marca que agrupa productos de montaña y aire libre
El calzado profesional precisa de homologaciones de seguridad internacionales que sólo se consiguen superando pruebas de resistencia
Leyenda con alas
Quien así habla es Manuel Abad, hijo del fundador, actual gerente de la empresa, y junto con su hermano Carlos, garantes de un modo de hacer empresa heredado de su padre -"sin su actitud dinámica, Calzados Fal no sería lo que es".Los dos hermanos vieron crecer una leyenda de manos de su padre... quien a su vez había recibido una leyenda de sus antiguos propietarios - "durante la Guerra Mundial, la resistencia francesa derribó un avión alemán. El aparato vino a caer en Tortellá, un pueblecito de Gerona en el que residía Lluís Fontfreda i Castanyer, un ingeniero textil. Éste, con la ayuda de su hermano, aprovechó el fuselaje del avión para hacer suelas que pudieran resistir el paso de la frontera por los Pirineos".
Los primeros pares los calzaron los franceses que llegaban a España desde Vallespir (Francia), cruzando la montaña con unas botas muy precarias -"como buen emprendedor, creó la empresa Fontfreda, SA, para fabricar un calzado cuya utilidad era más que evidente... y al que llamó Chiruca en homenaje a su esposa Mercedes-... o Chiruca, el diminutivo de este nombre en el habla de Galicia, la tierra natal de ella". Se trataba de cubrir de caucho las suelas de cáñamo de las alpargatas -las espardenyes catalanas- para que fueran más resistentes. Las Chirucas adquirían así forma de zapato, aunque al estar fabricadas con lona o con piel vuelta resultaban mucho más cómodas.
Y así fueron pasando las décadas; así fue como pares de Chirucas calzaron pies de humildes y poderosos, vencedores y vencidos... así fue como, hasta la entrada en el mercado de las deportivas de color blanco, Chiruca se convirtió en sinónimo de calzado resistente -"hasta que las nuevas tendencias en calzado acabaron por arrinconar a la marca".
Paralelamente, en Arnedo, Calzados Fal crece y crece, hasta el punto de manufacturar 14.000 pares diarios -"por aquel entonces, tan sólo trabajamos el mercado nacional y, residualmente, el francés". Es en aquella época, mediada la década de los ochenta, cuando la empresa riojana toma dos decisiones que habrán de ser claves en el devenir de la empresa: diversificar actividad y mercados -"la continua inversión en maquinaria con firmas como Dassler-Puma o Levis Strauss"- y adquirir la marca Chirucas que, para entonces, ya lleva 15 años fuera del mercado -"cuando quisimos hacernos con la marca, nos encontramos con que los nietos del ingeniero catalán que había diseñado las botas durante la guerra no querían desprenderse de ella. Ante este panorama, decidimos proponerles una nueva alternativa: cedernos la licencia de uso de la marca Chiruca durante un tiempo limitado".
Nuevos tiempos
A través de esta opción, Calzados Fal retoma la explotación de las botas sin introducir grandes cambios en un primer momento respecto a las originales... aunque, las nuevas circunstancias, provocaran que aquel anclaje con el pasado acabe por romperse -"ya a comienzos de los noventa nos dimos cuenta de que las Chirucas de toda la vida ya las hacía todo el mundo. Necesitábamos tecnificarnos y así es como firmamos con Gore Tex, una empresa que fabrica una membrana impermeable y transpirable y que no concede licencia a cualquiera". Así es como Chiruca deja de ser un tipo determinado de calzado y se convierte en una marca que agrupa productos de montaña y aire libre.
"Hasta 1998 no comprendimos que teníamos que separar nuestros dos modelos de negocio. El calzado profesional precisa de homologaciones y certificaciones de seguridad internacionales que sólo se consiguen superando determinadas pruebas de resistencia y condiciones extremas, por lo que debíamos profesionalizarlo aún más". De esa premisa nació Fal Seguridad... y de ahí que se pueda hallar el distintivo Calzados Fal en las botas de un bombero de Dubai o en una tienda para montañeros de Kazajistán, donde el catálogo de productos Chiruca, de Calzados Fal, es muy familiar. Así es esta compañía, que apuesta por la fabricación en sus propias instalaciones -"el 90% del calzado de seguridad fabricado en Asia no cumple con la normativa vigente... y eso no va con nuestra forma de trabajar... ni con la que hemos heredado de nuestro padre".
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