El atentado confirma que se han impuesto los 'duros' en ETA
El asesinato de Isaías Carrasco viene a confirmar que en ETA se ha impuesto la línea dura, encabezada por Javier López Peña, Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y otros viejos exiliados en América que han regresado a Francia. Esta facción ha decidido "abrir todos los frentes" e iniciar una escalada criminal, según opinan fuentes de los servicios antiterroristas. Frente a ellos había "un sector muy importante" de la propia ETA y de las organizaciones políticas de su entorno, que eran proclives a abandonar las actividades criminales definitivamente o temporalmente. "Pero el atentado ha cerrado todas las posibilidades, al menos durante toda la próxima legislatura", recalca un experto antiterrorista.
"Entre los opuestos a la línea dura que se ha impuesto en ETA no sólo estaban Txelis y Kepa Pikabea, que ahora no tenían ninguna influencia en la organización, sino otros dirigentes que actualmente tenían más peso en la organización", señala un mando policial.
Los presos José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, y Kepa Pikabea escribieron el pasado noviembre una carta en la que anunciaban que a partir de ese momento iban a seguir "su propio camino", tras llegar a la conclusión de que la lucha armada no sólo ha sido inútil, sino que se ha convertido en un "obstáculo" para "lograr niveles más altos de autogobierno".
[Ayer abandonó la prisión de Segovia el dirigente de Askatasuna Juan María Olano tras abonar una fianza de 30.000 euros. Estaba preso desde el 11 de septiembre pasado, acusado de inducir al terrorismo callejero durante una manifestación.]
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