El espejo de los más ricos

Vivimos en un mundo obsesionado con las listas, los índices y los rankings, por efímeros que resulten. Una vez al año, nos miramos en el espejo de los ricos, la lista que proporciona la revista Forbes de los milmillonarios (en dólares o en euros). Prácticamente ha doblado en cuatro años hasta 1.125. A la cabeza ha subido un sólido inversor (por algo se le llama el sabio de Omaha) como es el estadounidense Warren Buffet, con una fortuna de 62.000 millones de dólares (41.000 millones de euros).

Por primera vez desde 1995, el dueño del imperio Microsoft, Bill Gates, ha caído al tercer puesto, por detrás del mexicano Carlos Slim. Buffet y Gates son amigos y filántropos que están dejando la mayor parte de su fortuna a fundaciones, más que a sus familiares, lo que se enmarca en una buena tradición americana que falta en Europa.

El espejo de los ricos nos muestra cómo cambia el mundo globalizado, cómo ascienden no sólo unas personas, sino también sus países. Si EE UU es donde se encuentran más milmillonarios, Rusia va en segundo lugar. Moscú se ha convertido en la capital con más concentración de los más ricos, paradoja del paso brusco del comunismo al capitalismo, durante un tiempo, más salvaje.

Pero esa marcada desigualdad se aprecia también en el número de potentados en la lista de India, China y Turquía, reflejo del ascenso de estos países en la economía mundial.

También es significativo quién sube y quién baja por sector de actividad. En un año, las acciones de Gates han perdido un 15% de su valor debido al fracaso de su OPA sobre el buscador Yahoo! Gates ya no está al frente de estas decisiones, pero lo que refleja la situación es que ahora en el mundo digital empieza a contar tanto conectar a gente como el concepto de aplicación informática. Ejemplo es el programa de relaciones sociales Facebook, cuyo impulsor, Mark Zuckerberg, se ha convertido en el más joven de la lista de Forbes a sus 23 años.

Si el espejo recoge una cierta caída de los españoles, el primero de ellos sigue siendo Amancio Ortega, pero ha pasado del puesto 8 al 22. Mayor ha sido la caída de aquellos cuyas fortunas más se han sustentado en el ladrillo.