Fasuba triunfa en la noche de Chambers
El nigeriano gana los 60m lisos, y el británico, expulsado de los Juegos por dopaje, logra la plata
Olusoji Fasuba se coló en la noche de Dwain Chambers. El nigeriano, un guadiana en la alta competición, venció en los 60 metros lisos (6,51s) y lo celebró aplaudiendo y saltando mientras soltaba frases inconexas -"Genial, genial", repetía- y se abrazaba a todo el mundo. Tras él llegaron el británico Chambers y Kim Collins, empatados a todo (6,54s). Nadie, sin embargo, disfrutó más el momento que el esprinter del Reino Unido. Chambers era hasta ayer el demonio. Un dopado. Un velocista que había probado suerte en el fútbol americano. Un atleta expulsado de los Juegos por su federación tras su implicación en el caso Balco. Chambers llegó a Valencia amenazado por los pitos de su propia afición y salió del Mundial sintiéndose redimido por su mejor marca. "Para mí, esto es un oro", dijo; "Es mi carrera olímpica. Hice que esta camiseta
tuviera mala pinta. Quiero que me vuelva a quedar bien".
El éxito de Fasuba, la plata de Chambers, dejó en la sombra a Michael Rodgers, cuarto (6,57s), que había apostado en la prensa que lucharía contra el británico -"Si le gano, ganaré a un atleta sucio", dijo- y la pista. El estadounidense acometió la final sin contestar a los saludos de sus compañeros en el hotel, siempre cargando con sus monumentales cascos de rapero. Buscó el oro. Y lo perdió todo con una mala salida: tardó 154 centésimas en reaccionar frente a las 130 de Collins, el más rápido.
"Voy a dormir con una sonrisa", dijo Chambers con su diente de oro al aire. "Debo revisar si merece la pena apelar [la prohibición de correr en los Juegos]. La vida te enseña cosas, experiencias, es una curva de conocimiento. No puedo contentar a todo el mundo, pero he ganado una medalla para mi país y puedo celebrarlo".
Venció Fasuba y Valencia coronó a otros dos extraños campeones. El estadounidense Cristian Cantwell venció el lanzamiento de peso (21m77) y le deseó a los rivales que le besaran el culo tras pasarse la víspera vomitando en el hotel.
La belga Tia Hellebaut, campeona de Europa en salto de altura, se impuso en pentatlón (4.867 puntos). Fue el triunfo de la agonía: acabó medio desmayada en la zona mixta, atendida por los médicos. Chambers todavía no había llegado. Estaba pasando del infierno al cielo.
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