Más oxígeno, por favor

Entre lunes y lunes, Zapatero y Rajoy se dedicaron a preparar el segundo debate: a ensayar argumentos y memorizar datos a fin de resultar más convincentes. Pero no es seguro que sea la mejor forma de entrenamiento.

Hay un viejo principio de la profesión periodística que podría enunciarse del siguiente modo: si tienes que escribir un artículo difícil, antes documéntate a fondo; pero si lo que tienes que escribir es verdaderamente difícil, sal a darte una vuelta para oxigenar el cerebro.

Parece una broma, pero ha resultado que tiene fundamento científico. Según informaba La Vanguardia el pasado 23 de enero, un equipo de neurólogos de las universidades de Londres y Viena ha llegado a la conclusión (analizando encefalogramas de personas en diferentes situaciones) de que el exceso de concentración en un tema bloquea el cerebro; mientras que las buenas ideas (o la inspiración que permite contemplar un problema desde una perspectiva nueva) suelen fluir cuando se deja al cerebro discurrir libremente, sin un objetivo preciso. Por ejemplo, echando la siesta o dando un paseo.

Zapatero y Rajoy presentaron en su último duelo más datos y argumentos que en el anterior, pero hubo pocos destellos de inspiración. ZP estuvo rápido al exclamar que "eso sí que es una exclusiva mundial" (que había apoyado la guerra de Irak), pero le faltaron reflejos para responder sencillamente que le parecía mal que se multe por no rotular en catalán. Lo peor de Rajoy fue que su único recurso retórico fue la reiteración, que se suele identificar con falta de ideas.

A diferencia de los mítines, en los que se cita a bulto, en un debate contradictorio por televisión es necesario un mínimo de precisión en los datos, con o sin Libro Blanco de comprobación. Pero para convencer se precisa además transmitir credibilidad, lo cual difícilmente ocurre si se dicen frases que se nota que ha preparado un asesor; o si se lee disimuladamente un papel.

Para parecer sincero lo mejor es ser sincero, sin ensayarlo. Y para ello hay que dar un paseo para refrescar el cerebro y dejar que las ideas se ordenen.