Quintana llama al voto de todos los galleguistas

Estrangulados por una "campaña abusivamente bipolarizada" por los dos grandes partidos estatales, PSOE y PP, los nacionalistas gallegos tratan de coger aire en la recta final de esta contienda electoral con un llamamiento intensivo al voto útil de todos los galleguistas y electores de la izquierda.

A cuatro días de la cita con las urnas, el líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Anxo Quintana, dio ayer en A Coruña por "conseguido" el objetivo primero de los progresistas, el de que el Partido Popular de Mariano Rajoy no alcance el Gobierno.

"Ahora que ya no hay ningún temor de que eso pueda ocurrir, el único objetivo progresista que queda por lograr es que el BNG sea fuerte y decisivo en Madrid", proclamó el vicepresidente de la Xunta al llamar al voto de todos los electores que no comulgan con la derecha. El llamamiento lo repitió anoche ante 650 personas en un mitin en Pontevedra, donde pidió al electorado nacionalista que "no traicione a Galicia".

Al Bloque el fantasma de la abstención le preocupa más aún que a los socialistas. "No hay ninguna razón objetiva o justificable para que el próximo domingo ningún nacionalista o galleguista se quede en casa, ni tampoco para que nadie que en alguna ocasión anterior haya votado al BNG no vuelva a hacerlo", ahondó Quintana en referencia a los electores gallegos que acudieron a las urnas en 2004 para apoyar al PSOE con el ánimo de desalojar al PP de La Moncloa. Esa movilización de última hora, bajo el clima emocional de los atentados del 11-M, costó a los nacionalistas perder uno de los tres escaños que tenían.

Tras un breve paseo por la zona coruñesa de As Conchiñas, acompañado de los representantes municipales nacionalistas de esta ciudad y de Sada, el dirigente del Bloque aseguró que el propio Rajoy "ha tirado la toalla porque sabe que no va ganar". Y en un claro guiño a los votantes de izquierdas, Quintana abundó en que "lo que más puede fastidiar al PP" es que los nacionalistas gallegos obtengan "una representación fuerte y decisiva" en el Congreso de los Diputados.

"Rajoy tiene una auténtica obsesión con Galicia y con los nacionalistas porque no nos perdona que empezáramos a cavar su tumba política hace cinco años, con nuestro papel activo" en la movilización contra la gestión del Gobierno del PP en la catástrofe que siguió al hundimiento del Prestige. Para Quintana las protestas por la marea negra en Galicia constituyeron el primer paso que "inhabilitó a Rajoy para ser presidente" en las elecciones generales de 2004.

Y votar al BNG el domingo, remachó su líder, es también la "mejor respuesta" que se puede dar al PP y a su candidato por "su falta de respeto con los gallegos" cuando trata, acusó Quintana, de "trasladar aquí guerras absurdas y problemas que no existen, como la falsa idea de que la gente que habla castellano es perseguida".

El vicepresidente de la Xunta tachó de "marciano" a Rajoy por defender la víspera, durante una visita a Ourense y Vigo, la necesidad de primar el castellano sobre el gallego por ser "el idioma de todos". "Es una burrada y Rajoy sabe que lo es porque sólo lo dice para sacar réditos electorales fuera de Galicia", una comunidad que, insistió el líder nacionalista, es "un pretexto para el PP, no un argumento".