Presión contra las acrobacias en moto
Los controles reducen el desmadre motorista tras la 'mascletà' de Fallas
Cientos de motocicletas salen zumbando de la plaza del Ayuntamiento de Valencia al acabar la mascletà en dirección a grandes avenidas, donde muchos pisan el acelerador y hacen caballitos y otras acrobacias. Una diversión peligrosa que se había convertido en una tradición más de Fallas hasta que la policía comenzó a montar controles en los puntos de mayor desmadre, como la avenida del Cid. Pero a pesar de la vigilancia policial, este pasado fin de semana los moteros hicieron de nuevo de las suyas, para regocijo de un público joven que sigue el espectáculo desde las pasarelas o las aceras.
Ayer, sin embargo, no hubo caballitos en la avenida del Cid. La Policía Local estableció un control antes de la cita fallera junto al parque del Oeste y paró a decenas de motos para pedir los papeles. Acabada la mascletà, el operativo se desplazó por la avenida en dirección a la salida de Valencia, donde el control actúa como un embudo que atasca el tráfico y obliga a reducir la velocidad. "La gente tiene más cuidado. Algunos hacen el cabra, pero ya no tanto", explica Salvador Peris, oficial de la Policía Local. Los controles y el endurecimiento de las sanciones -la conducción temeraria acarrea pena de cárcel- "frenan" los excesos.
Pero el fenómeno no desaparece. Grupos de jóvenes se acercan a diario a la avenida atraídos por las motos. La policía despeja las pasarelas para dejar sin espectadores a los exhibicionistas. "Algún caballito ha caído este año", presume C. B. R., de 20 años. No fue ayer. Había policía delante. Un total de 557 motos fueron controladas; en 64 casos hubo denuncia, la mayoría por falta de documentación, y dos vehículos fueron inmovilizados.
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