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Entrevista:DIDIER BOROTRA | Alcalde de Biarritz

"Con la nueva consejera se frenó la cooperación Biarritz-Hondarribia"

Mikel Ormazabal

A Didier Borotra (Nantes, 1937) le hubiese gustado ser alcalde de San Sebastián, según reconoce en privado, pero se enorgullece de serlo desde 1991 de la localidad de Biarritz. Es senador y preside el ente institucional que gestiona el aeropuerto de este municipio. Se declara abiertamente partidario de constituir un sistema aeroportuario vascofrancés con dos terminales, Biarritz y Hondarribia.

Pregunta. ¿Cómo está siguiendo los vaivenes del aeropuerto de Hondarribia?

Respuesta. Un aeropuerto es un elemento fundamental para el desarrollo de una región, por lo cual me parece lógico que las instituciones vascas quieran mantenerlo. En Biarritz, nuestro aeropuerto pretende dar servicio un área muy amplia que comprende toda la costa vasca, el interior de Euskadi, el sur de las Landas y, por supuesto, la comarca de San Sebastián. Por lo tanto, es necesario que haya una colaboración entre Biarritz y San Sebastián. Pero no voy a entrar en el debate sobre el futuro del aeropuerto de Hondarribia. En todo caso, cuando tomen una decisión sobre él, deberán tener en cuenta la existencia de Biarritz.

"La ventaja de nuestro aeropuerto es que su gestión es local"
"Primero habría que definir los destinos, para que no entren en competencia"

P. ¿Biarritz sería el aeropuerto cabecera?

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R. Nuestro aeropuerto se apoya en tres tipos de comunicaciones. París, con once vuelos diarios, Lyon, con tres conexiones al día, y los vuelos internacionales, que es el gran desafío para una región turística. Hemos introducido compañías de bajo coste, que cubren varios aeropuertos británicos, Franckfort, Copenhague, Ginebra y Niza. En total, hay 10.000 movimientos al año, que pasarán este año a 12.000. El año pasado se alcanzaron los 930.000 pasajeros y esperamos 1.050.000 este año.

P. ¿Cómo están los contactos con el País Vasco para colaborar en asuntos aeroportuarios?

R. Hace unos años hubo contactos con el consejero de Transportes Álvaro Amann, con quien llegué al acuerdo de crear un distrito europeo, una entidad de derecho público para administrar el aeropuerto de Biarritz y dar entrada al Gobierno vasco en su gestión. Después, con la llegada de Nuria López de Guereñu, se produjo un cambio en la orientación de la política del Gobierno, ligado directamente a la ampliación o recorte de la pista del aeropuerto de Hondarribia.

P. ¿Por qué no cuajó aquel acuerdo?

R. Amann lo aceptó, pero fue su sucesora quien frenó el intento, porque su objetivo no era reducir los movimientos en Hondarribia, sino alargar la pista para permitir más aviones. Amann asumió que el futuro iba a traer problemas a Hondarribia, pero López de Guereñu apostó por la ampliación y por aumentar el tráfico. A partir de ese momento se consideró que Biarritz y Hondarribia iban a entrar en competencia. Yo entiendo perfectamente la postura de la actual consejera de Transportes. Su misión es defender los intereses de Guipúzcoa y el País Vasco. Para nosotros esto no es un problema, porque Biarritz no tiene la intención de abrir enlaces con el interior de España. No me quiero mezclar con el debate sobre el futuro de Hondarribia, porque es una cuestión política en la que no me corresponde entrar.

P. ¿No es contradictorio que, después de rechazar la propuesta de Biarritz, todos los partidos políticos de Guipúzcoa apuesten por sumar fuerzas con Hondarribia?

R. No hay contradicción. Lo que ocurre es que hay una situación nueva: el Gobierno español ha tomado la decisión de acortar la pista en 300 metros ante la falta de acuerdo entre las instituciones para ampliarla. Es un cambio de posición al que yo soy muy favorable. Cuando se aprobó el Libro Blanco de la Eurociudad [Bayona-San Sebastián], se decía que el aeropuerto de toda esta región iba a ser Biarritz. En este momento, López de Guereñu y yo estuvimos de acuerdo en que existieran las dos plataformas, Biarritz y Hondarribia, cada una con objetivos diferentes.

P. ¿Cuáles son esos objetivos?

R. Biarritz atendería el mercado turístico europeo. El futuro de Hondarribia está todavía en fase de estudio. Va a tener difícil que entren vuelos de bajo coste porque estas compañías utilizan aviones de 150 y 200 plazas que necesitan mucha pista para aterrizar y despegar.

P. ¿Cómo debería articularse un proyecto de cooperación transfronterizo?

R. En primer lugar, hay que definir los destinos, para que no entren en competencia. Segundo, mejorar las comunicaciones entre los dos aeropuertos. Y tercero, acordar un plan de comercialización común.

P. Un estudio recomienda estrechar la cooperación entre Hondarribia y Biarritz.

R. Ya he definido los objetivos de Biarritz; lo demás es negociable. Hay una diferencia fundamental entre ambos aeropuertos: desde hace cinco años, la gestión y la propiedad aquí es local. El poder de decisión es inmediato en Biarritz. Por eso López de Guereñu sueña con recibir la competencia sobre los aeropuertos.

P. Biarritz tiene previsto conectarse con Madrid. Eso sería entrar en disputa con Hondarribia.

R. Soy partidario de que tanto Hondarribia como Biarritz tengan vuelos a Madrid para atender a toda la costa vasca desde San Sebastián hasta Bayona, que agrupa a una población de 600.000 habitantes. En estos momentos, para ir al extranjero desde Biarritz es necesario volar a París. Y en la costa vasca hay un mercado muy grande que demanda vuelos a Madrid para viajar al extranjero, sobre todo a Latinoamérica. Yo apoyo la creación de una línea Biarritz-Madrid, que respondería a un mercado local muy importante.

P. Pero eso haría mucho daño a Hondarribia.

R. No lo creo.

"Se están superando los vuelos permitidos"

P. ¿Qué opinión tiene sobre el convenio firmado por Francia y España que establece un cupo máximo de vuelos en Hondarribia? ¿Es necesario renovarlo?

R. En Francia se está insistiendo mucho últimamente en la política ecológica. Va a ser difícil que el Gobierno de París acepte un aumento de vuelos en Hondarribia. La actitud del Estado francés va a ser muy firme porque en estos momentos ya se está sobrepasando el número máximo de movimientos permitidos por el tratado.

P. Eso equivale a decir que Francia no apoyará la ampliación de la pista de Hondarribia.

R. Exactamente.

P. ¿Qué contactos ha mantenido con las instituciones vascas sobre estos asuntos?

R. Yo he planteado al Gobierno vasco y al Consejo General de los Pirineos Atlánticos crear una línea ferroviaria que una los centros de San Sebastián y de Bayona. Sería un tren con servicios con mucha frecuencia, algo parecido a un Topo

[la línea de EuskoTren que va desde la capital guipuzcoana hasta Hendaya] moderno. Es necesario unir ambas ciudades sin necesidad de utilizar el coche, porque las autopistas están saturadas.

P. ¿En qué estado se encuentra este proyecto?

R. Es un debate complejo. La idea es que la construcción del nuevo trazado del TGV entre Burdeos y Hendaya permita utilizar la línea actual, en ancho de vía europeo, para conectar Bayona con Hendaya y San Sebastián. Para eso es necesario que la línea entre estas dos ciudades sea compatible con las vías francesas.

P. ¿Qué opinión tiene sobre el estudio del impacto del tren de alta velocidad en el tráfico aéreo? ¿Le puede ocurrir lo mismo a Biarritz con la línea ferroviaria francesa TGV?

R. Tengo que ser prudente, porque parece que el TAV llegará a San Sebastián en 2013, pero el tramo francés Hendaya-Burdeos no se hará hasta 2020 o 2025. De todos modos, el tren de alta velocidad nunca va a competir con los aviones en los desplazamientos al extranjero. Probablemente, reducirá los vuelos diarios entre Biarritz y París, pero no desaparecerán.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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