"El PSOE renuncia a repartir la riqueza"

Joan Herrera (Barcelona, 1971) tiene esperanzas de conseguir, para la coalición de Iniciativa-Esquerra Unida un tercer escaño en el Congreso y ayudar así al mantenimiento del grupo parlamentario que comparte con Izquierda Unida. Las encuestas no le acompañan, pero apela al "sueño de la izquierda" para lograrlo. Dice sentirse "orgulloso" de la legislatura, pero "decepcionado" por el "giro a la derecha" del presidente Zapatero.

Pregunta. Tal como va la campaña, se les ve como un complemento del PSOE. Usted defiende que no es así. ¿En qué se basa?

Respuesta. En nuestras propuestas, que son diferentes a las del resto. Todos los partidos están por las recetas antiguas: bajar impuestos. Nosotros no estamos en esta carrera. España ha crecido mucho económicamente y ahora toca redistribuir la riqueza. No veo que seamos un complemento. Queremos influir para garantizar un giro de izquierdas.

"Somos los únicos que no estamos en la carrera por bajar impuestos"

"No permitiremos que Zapatero sólo pacte con nosotros la política social"

P. Debe de ser difícil hacer oposición después de aprobar hasta el 70% de leyes junto al PSOE...

R. Hemos aprobado las leyes de la mayoría: la de igualdad, la de violencia de género, la de matrimonios homosexuales y la de memoria histórica. Pero no las de los privilegios. El PSOE ha pactado con CiU las políticas económicas, y con nosotros las políticas sociales. A partir de la próxima legislatura, se va a acabar. No vamos a jugar a eso. La paradoja de la legislatura es que Zapatero presume de superávit y sigue habiendo desigualdades. Por eso me parece triste que el PSOE haya renunciado a usar la política fiscal como instrumento para reducir las desigualdades. El PSOE ha renunciado a repartir la riqueza.

P. Dice que no han apoyado las leyes económicas, pero ustedes han apoyado los presupuestos de este Gobierno.

R. Aprobamos los primeros,pero con enmiendas. Después, al ver que la ministra Magdalena Álvarez no cumplía sus compromisos en Cercanías, rechazamos la sección de Fomento. El último presupuesto decidimos no bloquearlo.

P. Critica al PSOE por promover el voto del miedo al PP. ¿No hacen ustedes lo mismo cuando advierten de los peligros de una amplia mayoría socialista?

R. Una cosa es que mencionemos ese temor en alguna ocasión. Y otra muy distinta es que el único argumento del PSOE sea el voto del miedo, y no el de la ilusión. Me preocupa que una mayoría del PSOE consolide las frivolidades, como los 400 euros para todo el mundo.

P. ¿ICV vive una crisis de crecimiento desde que se reeditó el tripartito catalán?

R. Creo que no, porque nuestro crecimiento es más sostenido que el de otras fuerzas políticas, como Esquerra. Es verdad que en las últimas elecciones municipales los resultados no fueron los esperados. Esperamos volver a crecer.

P. Han perdido apoyo entre las clases populares. En algunos casos han tenido más votos en la Vila Olímpica que en Nou Barris.

R. Hemos ganado votos en general. Lo interesante de ICV es que es capaz de mantener una alcaldía como la de El Prat y, a la vez, tener presencia en sectores como los profesionales liberales y los universitarios. Y somos los únicos que hacemos visibles ciertos debates. ¿Quién ha hablado de pobreza en esta campaña? Solamente nosotros.

P. Pero ese doble target electoral, ¿obliga a plantear un doble nivel de discurso?

R. No. Se trata de hacer pedagogía allí donde vas. Hay que hablar de inmigración en la universidad y en un barrio de la periferia de Sabadell. Y hoy, el mayor reto de la ampliación del Estado de bienestar está en los barrios populares. Ahí se ha fallado mucho en los últimos años.

P. El sábado, Iniciativa y ERCse manifestaron en Perpiñán contra la línea de alta tensión. En cambio, el Gobierno catalán, del que forman parte, ha abierto la puerta a su construcción. ¿Doble discurso según estén en el despacho o en la calle?

R. En absoluto. En el Gobierno en el que estamos, el PSC, no nos puede imponer una línea de alta tensión. Pero tampoco nosotros podemos imponer el rechazo al proyecto. Además, la MAT no es una decisión catalana. Hay que aparcar el papanatismo por lo faraónico y empezar a obsesionarse por las redes de distribución internas.