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La ACA acusa a CiU de no reparar la fuga de agua en 2000

Espadaler dice que el tripartito "regaló" la financiación de la obra

El escape de Badalona sigue lanzando 216.000 litros de agua diarios que Generalitat y oposición intentan traspasarse unos a otros. El director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Manuel Hernández, topó ayer en un programa de Catalunya Ràdio con Ramon Espadaler, diputado de CiU en el Parlament y consejero de Medio Ambiente (2001-03) en el último Gobierno convergente.

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Ambos negaron tener responsabilidad directa en el descontrol de la fuga: Hernández culpó a CiU por no haber iniciado las reparaciones cuando se evidenciaron las pérdidas de la conducción, en 2000; Espadaler precisó que ese mismo año se planificó el proyecto (el primer tramo de las obras arrancó en 2003) y achacó al tripartito la posterior demora por haber "regalado" la financiación de las obras. Anteriormente, Hernández pidió disculpas por el vertido de agua potable, pero aseguró que no dimitirá. "A mí tienen que echarme, yo no lo dejaré", aseguró.

La discusión terminó con un apunte novelesco de Hernández, que objetó: "La obra, en vez de

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en el año 2000, podía haber empezado en los noventa". No dio tiempo a más y Hernández no pudo explicitar su remonte cronológico. Ayer este periódicointentó varias veces recabar la opinión de Hernández; éste dio la callada por respuesta.

"Es una insensatez. En los noventa la fuga no existía", aseguró Espadaler, que sí se avino a hablar del problema. El ex consejero afirmó que la fuga se detectó en 2000 "en una medida inferior a la actual". Ante la imposibilidad de repararla, se planificó construir una tubería alternativa en cuatro tramos. Los registros de la empresa responsable del acueducto, Aguas Ter-Llobregat, recogen que en 2003 se realizaron las obras del primero y se adjudicaron las del segundo. Al año siguiente, la Generalitat pasó a manos del tripartito, que era consciente del escape y del progreso de la obra. Los trabajos, según se desprende de una respuesta parlamentaria en 2004 de Salvador Milà (ICV), sucesor de Espadaler en la consejería, iban a terminarse hace año y medio: "En el otoño de 2006". Hernández corrigió ayer que las obras acabarán, según sus previsiones, en junio de 2009.

La respuesta de Milà evidencia que el tripartito paralizó las obras, según Espadaler dijo ayer en antena, por falta de inversión. Hernández no lo desmintió. CiU argumenta que el descontrol de las conducciones viene de una negociación lejana, de los años 2004 y 2005. "Fue un acuerdo nefasto", opina Espalader, el que firmaron el consejero Milà y la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, para modificar la ley del Plan Hidrológico Nacional. Milà prefirió ayer no hacer comentarios sobre este punto.

En aquellas negociaciones, la Generalitat aceptó que una serie de obras perdieran la prioridad que les daba la Administración central a cambio, según CiU, de un mayor control en su gestión y plazos, además de un trato preferente en el acceso a los fondos europeos. En junio de 2005, Narbona confirmó que las obras hidráulicas catalanas perdieron el rango de obras de interés general del Estado. Lo que implica, según fuentes ministeriales, que el Estado no está comprometido en su financiación. Narbona garantizó ese día que tales obras mantendrían subvenciones europeas. CiU añade que el retraso en las obras del nuevo conducto derivan de la ambigüedad de esa promesa. "Regalaron la financiación y no se atreven a reconocerlo", asegura Espadaler.

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