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ELECCIONES 2008 | Los mítines

El PP se enreda con el trasvase

Rajoy evita pronunciar en Alicante la palabra "trasvase" pero, en el mismo mitin, el presidente valenciano, Francisco Camps, promete la obra del Ebro

Carlos E. Cué

Un gran mitin del PP en Alicante sin Eduardo Zaplana es algo así como si Alfonso Guerra no estuviera en un acto socialista en Sevilla. Parecía imposible. Pero sucedió ayer. El juego de equilibrios con el que convive Mariano Rajoy le obligó a colocar en Madrid al que fuera alcalde de Benidorm y presidente de la Comunidad Valenciana, que mientras los suyos mitineaban en su tierra estaba en un acto en Soria. Y ese mismo juego de equilibrios, siempre más difícil de jugar cuando un partido está en la oposición, llevó a Rajoy a ser muy cuidadoso con el asunto del trasvase del Ebro para, a la vez que contentaba al auditorio alicantino —y después al murciano—, evitar el enfado de los aragoneses.

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El líder del Partido Popular, que no ha colocado el trasvase del Ebro en el programa electoral para evitar la dimisión del líder del PP aragonés, Gustavo Alcalde, buscó una fórmula intermedia y encontró ésta: "Después de cumplir con Aragón, con los compromisos del pacto de agua en Aragón y el caudal ecológico en delta del Ebro, el agua que sobre, la que se va al mar, irá a Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería, habrá agua para todos". Este anuncio indirecto, sin pronunciar la palabra trasvase y poniendo como condición terminar antes las obras hidráulicas en Aragón, bastó sin embargo para desatar la euforia de sus fieles. Pero un minuto antes, el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps subía al escenario para hablar, él sí, de ese trasvase del Ebro que Rajoy no mencionó con todas sus letras. "Un Gobierno del PP fue el que puso la primera piedra del trasvase del Ebro y será un Gobierno del PP el que ponga la última piedra del trasvase del Ebro", sentenció Camps.

En Alicante se vivieron dos pequeños incidentes, los primeros de esta campaña. Un hombre que exigía que le arreglen un problema en su urbanización de Monforte del Cid fue expulsado, y un grupo de funcionarios de los juzgados de violencia de género que piden más medios interrumpió el mitin sin mayores consecuencias.

Rajoy aprovechó para despreciar la propuesta de Zapatero: "Ahora viene la última genialidad. Dice que va a convocar a los presidentes autonómicos. No podrá, porque no será presidente. Yo pido un poco de cordura y un poco de razón".

Al fin, después de unos días de prédicas en tierras hostiles, Rajoy llegaba a la costa alicantina y murciana, una tierra donde los populares arrasan. Y eso de estar en el Gobierno se nota mucho en los mítines. Del deslucido acto del miércoles en Tenerife, con un polideportivo semivacío, el líder pasó ayer por la tarde a Murcia, con más de 9.000 personas y un ambiente que no se había visto hasta ahora en la campaña, sobre todo con repetidos gritos de "Agua para todos", "Que viva España" y "A por ellos, oé".

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Mariano Rajoy, a su llegada al Palacio de los Deportes de Murcia.
Mariano Rajoy, a su llegada al Palacio de los Deportes de Murcia.GORKA LEJARCEGI

Las frases de Rajoy

"El agua que sobre después de cumplir los compromisos del Pacto del Agua y el caudal ecológico, la que se va al mar, irá a Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería. Habrá agua para todos".

"No quiero una España de color amarillo, el desierto de Zapatero, quiero una España verde, como esta corbata. Éste es mi compromiso".

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