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El termómetro | ELECCIONES 2008 | Campaña electoral
Columna
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Derrotismo triunfal

Nada más lejos que convertir el debate entre Zapatero y Rajoy en un programa obligatorio. Un debate no es por definición un programa de prime time, sobre todo cuando se estructura como un espacio de propaganda electoral a dos voces y se puede decidir por el color de la corbata o el botón de la camisa. Pero las decisiones de las televisiones que no lo ofrecieron tampoco suenan a inocentes. Antena 3 y Tele 5 lo querían retransmitir en su formato particular y no les interesó cuando el formato fue neutro. Estaban en su derecho, aunque sea discutible el debate sobre si fue antes el formato o el debate. Ya saben lo de la parte contratante de la segunda parte, etcétera, etcétera.

ETB, ejerciendo su libertad, tampoco ofreció el cara a cara entre los dos aspirantes a la presidencia del Gobierno español. En cambio, mantuvo su parrilla habitual y ofreció su reality, El conquistador del fin del mundo, una especia de Supervivientes local que también tiene algo de debate. Aquí, en vez de uno contra uno (Zapatero contra Rajoy), es un dos contra dos: los capitanes Juanito Oyarzabal y Marta López, frente a Virginia Berasategi y Johnny Cuyami. Un montañero y una miss Euskadi (amén de presentadora) frente a una triatleta y un ex futbolista de la Real.

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ETB estaba en su derecho y lo ejerció. Pero su decisión tiene algo que ver con el ambiente general de la campaña en Euskadi. Unos no quieren movilizar y otros no saben. Al PNV no se le aprecia entusiasmo en la campaña. Es lógico. El mejor resultado posible para sus expectativas a corto y medio plazo es un empate técnico entre el PSOE y el PP. Eso le hace irresistible en las condiciones de gobernabilidad, y el empate técnico no se consigue con una movilización masiva. El PNV cuenta con un cierto desplome de ERC que reduzca los pactos de gobierno o los modifique. Al PNV no le van a faltar muchos de sus votos y tampoco rascará ninguno de la abstencionista y autodenominada izquierda abertzale, aunque interiorice un segundo debate interno, más privado, sobre los resultados por territorios. Que inventen ellos, viene a decir, mientras tanto.

Y ellos son el PSE y el PP, poco dados a la innovación y muy proclives al continuismo electoral, subsumidos en el debate Zapatero-Rajoy en espera de batallas más cercanas. Y eso que Euskadi es una de las comunidades decisivas en el resultado global de las elecciones. No lo parece. La sensación general es que pasará lo que suele pasar y que sólo la abstención beneficiará o castigará a unos u otros. Hay un cierto derrotismo triunfal. Cada uno cuenta con lo que tiene y se siente a gusto con sus posesiones. No hay afanes invasores ni idea que anotar en el bloc de las originalidades. Descuenten el mitin de Rajoy y el de Zapatero -donde dirán lo que ustedes ya saben que van a decir-, por la impronta del liderazgo, y el resto habrá sido un suspiro. Pero en política casi nada es inocente. Mejor dicho, nada.

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