Datos tramposos, debate trucado
Zapatero y Rajoy interpretaron torticeramente las cifras y gráficos que presentaron
Si yo me como un pollo y tú ninguno, la estadística dice que hemos comido medio cada uno. Pues Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero recurrieron ampliamente en el debate a dar cifras y gráficos. Pero lo hicieron retorciéndolas al máximo, tomando periodos no comparables y magnitudes aleatorias. El resultado es que según quién hablara parecía que España se había comido un pollo entero (con patatas) o que estaba famélica.
Rajoy (que abusó más de la tergiversación que el presidente) erró en las cifras del paro y habló de delitos totales, algo que no hacía durante su etapa como ministro. Así, al no tener en cuenta el aumento de la población, dio a entender que la criminalidad había aumentado cuando en realidad ha disminuido.
Zapatero, por su parte, mostró de pasada un gráfico que supuestamente demostraba que su Gobierno ha reducido las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo cierto es que sólo lo han hecho un año, el elegido por Zapatero, mientras que en el total de la legislatura y en 2007 han aumentado.
Lo que es curioso es que, repasando la transcripción íntegra del debate, los candidatos se cuidaron de mentir. Cuando Rajoy dijo que en 1999 había más becarios que ahora no mentía. El líder del PP se apoyó en la cifra para criticar la gestión del PSOE en la materia. Ocultó que entre 1997 y 2004, con los Gobiernos del PP, el número de becarios se redujo en 288.000. Y que con el Gobierno de Zapatero han aumentado.
Sólo alguien entendido en cada materia podía distinguir entre quien decía la verdad y quién mentía. El primer cara a cara en 15 años escondía truco.
Los candidatos utilizaron cifras a mansalva durante el debate. De vivienda, paro, inmigración, inseguridad, dependencia, becas medio ambiente... Y cada uno las utilizó de la forma que más le beneficiaba. De forma que sus gráficos decían una cosa y la contraria. Este es un análisis de lo que realmente ha ocurrido en esas áreas.
EDUCACIÓN
Becas trucadas
Zapatero acusó tres veces a Rajoy durante el debate de reducir las becas cuando era ministro de Educación. Éste le llamó mentiroso tres veces y presumió de que en su etapa de ministro de Educación había más becarios.
Las becas se prestan a que los políticos utilicen muchos trucos porque, como el curso comienza en octubre y acaba en junio, se pagan en dos presupuestos. Tal y como lo formularon los dos candidatos, ambos dijeron la verdad a medias. Aunque el resultado final es que el PP redujo la cantidad de becarios del Ministerio de Educación (288.001 menos entre 1997 y 2004) y el PSOE los ha aumentado en 105.009 en sólo dos cursos. Así, este año hay más becarios (517.345) que el curso en el que Rajoy dejó su cartera de educación (469.542). El candidato popular usó el truco de utilizar los datos de un curso antes, en el que, en efecto, había más becarios (566.967) que ahora.
Las decisiones de Rajoy en los 15 meses que fue ministro de Educación (de enero de 1999 a marzo de 2000) afectaron a dos cursos escolares. En el primero, se redujo el número de becarios del ministerio en 157.000, aunque las aumentó al curso siguiente en 97.000, que seguramente era a lo que se refería Rajoy. Sin embargo, los últimos presupuestos de Rajoy en Educación como consecuencia una nueva reducción de las becas al curso siguiente. La tendencia que no ha parado hasta que los socialistas la han cambiado.
También se tiraron la pelota los dos candidatos por los malos resultados de los alumnos españoles en el Informe PISA 2006, que evalúa la educación en los países más desarrollados. Esa prueba se hizo a los alumnos con Zapatero en La Moncloa. Ahora bien, la reforma educativa de los populares de la Ley de Calidad no se llegó a aplicar por lo que la mala situación no se puede relacionar con ella. Pero sí es responsable el PP de la precaria aplicación de la ley que estaba en vigor durante sus mandatos, la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE).
MEDIO AMBIENTE
Un año de emisiones
El debate avanzaba y Zapatero no mencionaba al primo de Rajoy y su opinión sobre el cambio climático. Pero después de una hora y 21 minutos de cara a cara, el presidente lanzó: "A mí me interesa hablar del cambio climático, usted propone una Ley Integral del Cambio Climático. Sé que es usted muy aficionado a los refranes, por lo que le diría 'A buenas horas, mangas verdes', y nunca mejor dicho. Porque ustedes aumentaron un 40% las emisiones de gases con efecto invernadero".
Rajoy irrumpió: "Qué barbaridad". Pero Zapatero siguió y mostró un gráfico de barras y arrimó el ascua a su sardina: "Ahora las hemos reducido nosotros a partir de 2006 un 4% a pesar del gran crecimiento económico".
Ese 4% es la cifra mágica, la que repiten Zapatero, De la Vega y Narbona. Lo que ocurre es que el dato esconde al menos tres trampas: 1) Es un descenso de cuatro puntos, lo que en realidad supone un 2,7% de rebaja. 2) En 2006 bajaron las emisiones porque comparado con el año anterior las condiciones fueron mucho más propicias: llovió más, las nucleares funcionaron mejor e hizo más viento, lo que permite utilizar menos carbón. 3) Los datos que maneja Medio Ambiente prevén un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2007 de más de un punto, con lo que desde 2003 hasta finales de 2008, las emisiones habrán crecido unos siete puntos.
Para las emisiones de CO2 , Zapatero usa un buen año e ignora el resto, en los que han crecido. Eso sí, lo han hecho a un ritmo menor de lo que lo hacían con el Gobierno del PP.
INSEGURIDAD
Nuevas sumas
La criminalidad ocupó 50 segundos del cara a cara, aunque se le preveía un lugar destacado. Rajoy comparó el número de infracciones penales (delitos más faltas) de 2002 (2,04 millones), cuando era ministro del Interior, con las de 2006 (2,26 millones). Lo hizo sumando las infracciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las de las policías autonómicas, algo que no se hacía durante su mandato. Además, no tuvo en cuenta el aumento de la población (41,8 millones en 2002 frente a 45 millones de 2006), lo que el PP siempre subrayaba cuando, durante su periodo de Gobierno, se produjeron los mayores incrementos de la criminalidad. En marzo de 2002, tras divulgarse que la criminalidad había subido un 10,69% en 2001 (el mayor aumento en 15 años), la inseguridad ciudadana escaló al tercer problema de los españoles en las encuestas del CIS.
Donde Rajoy tuvo una defensa imposible fue cuando Zapatero le recordó cómo durante los Gobiernos del PP las plantillas de Policía y Guardia Civil cayeron a mínimos. Las plantillas se redujeron desde 1996 hasta 2002 a su menor nivel (casi 6.000 agentes menos que cuando el PP llegó al poder) y siguieron cayendo hasta 2004, aunque a un ritmo menor. Rajoy citó que aumentó las ofertas de empleo público para 2003. "Policías y guardia civil: en 1996, 1.400 plazas de empleo público. Cuando llegué la tripliqué hasta 4.200", dijo en el debate. Pero lo hizo cuando la policía y la Guardia Civil le advirtieron: o se hace un esfuerzo, o España sólo tendrá 93.000 policías y guardias civiles en 2004. Ahora hay más de 116.000 en activo, más un 20% en segunda actividad o semijubilación.
La delincuencia había salido antes, cuando Mariano Rajoy mezcló la inmigración con los delitos, algo de lo que había huido como de la peste cuando fue ministro del Interior. El candidato del PP se preguntó que si la población extranjera en España es del 10%, cómo era posible que el 34% de los presos en las cárceles españolas fueran extranjeros. El dato es cierto, pero oculta dos cosas: la primera, que ya esgrimían en su día Rajoy y Ángel Acebes, es que esos no son inmigrantes, decían, sino delincuentes atraídos por la globalización. La segunda, que los jueces mandan a prisión preventiva a todos los extranjeros sin arraigo.
DEPENDENCIA
Baile de millones
El rifirrafe entre Zapatero y Rajoy a cuenta de la dotación económica de la Ley de Dependencia tenía su truco en los años: el presidente mencionó 900 millones que corresponden al presupuesto de 2008 y el líder de la oposición hacía referencia al de 2007 cuando dijo que eran 200. Pero aún así caben matices. Zapatero redondeó al alza: sus 900 millones son en realidad cerca de 871 y los 200 que cifró Rajoy crecen hasta 437,7. Esas cuantías son para repartir entre las comunidades.
La Ley de Dependencia acabará la legislatura con 1.570 millones de euros, 261 de los cuales se entregaron a las autonomías en 2005 y 2006 para que iniciaran sus trámites antes de que arrancara la normativa.
La Comunidad de Madrid, que el candidato popular puso como ejemplo de inversión, destinará este año 790 millones de euros a dependencia. Esto supone dos de cada tres euros del presupuesto de la consejería de asuntos sociales, casi tanto como los 900 de la ley para el mismo año en todo el país. El Gobierno no acepta la comparación. No se pueden comparar, sostiene, los presupuestos de las comunidades, ya que estas tienen las competencias transferidas. El presupuesto de la ley de Dependencia es un aporte suplementario.
Zapatero atacó acusando a la comunidad madrileña de boicotear la ley. Madrid fue la última en presentar los datos de sus dependientes al Gobierno, que libera dinero por cada uno de ellos, y apenas ha remitido al registro central a 1.577 personas atendidas, mientras que Andalucía, por ejemplo, ya tiene 63.297. Y Madrid es también la única comunidad que no ha dado de alta en la seguridad social a ningún cuidador familiar, mientras que todas las demás sí. Unos ejemplos: Navarra, 168; La Rioja, 7; País Vasco, 277; Andalucía, 1.797 y Cantabria, 155, algunas de diferente color político.
INMIGRACIÓN
El bonobús era un abono
Rajoy utilizó datos de Eurostat para hablar de las entradas de extranjeros: "En 2007, más de 725.000. Más que Francia, Reino Unido y Alemania juntos". Pero los datos de Eurostat suelen ser estimaciones de los Gobiernos, que tienden a rebajar sus cifras. Salvo en el caso de España, el único país que contempla el empadronamiento de los inmigrantes. El resultado es que las cifras de sin papeles en España son mucho más abultadas que las de sus vecinos. En realidad, ahora hay unos 200.000 inmigrantes sin papeles porque rumanos y búlgaros son ya comunitarios. Además, cuando expuso el dato de los permisos de residencia, Rajoy citó la cifra del total de extranjeros, comunitarios y no comunitarios.
Zapatero le recordó las cinco regularizaciones de inmigrantes que había realizado el PP y en las que bastaba "con un bonobús". Los populares realizaron cinco regularizaciones por el método del arraigo. Para obtener sus papeles, los inmigrantes debían demostrar con documentos que llevaban meses en España. Valía un recibo de la luz, del agua, una receta médica, el abono transporte. Lo que no valía era un bonobús, en contra de lo que ayer dijo Zapatero: "Nosotros hicimos la regularización con contrato de trabajo y ustedes hicieron las regularizaciones con un bonobús. ¿Qué valía un bonobús siendo usted ministro del Interior?", lanzó mientras señalaba el expediente de un inmigrante supuestamente regularizado con un bonobús.
El candidato del PP recordó que había propuesto "que se expulse a los extranjeros que cometen delitos". "Para usted eso no tiene ninguna importancia", le dijo a Zapatero. Durante el último gobierno del PP, el Tribunal Supremo dictó sentencias que anulaban la expulsión automática de inmigrantes condenados a penas de cárcel por su posible inconstitucionalidad.
ECONOMÍA
Parados y paro
El empleo se convirtió en arma de doble uso en el debate electoral. Zapatero recurrió a ella para exhibir uno de los principales éxitos de la legislatura: la creación de "tres millones de nuevos empleos, más de la mitad para mujeres". El empeoramiento de las cifras en los últimos meses sirvió a Rajoy para reprocharle "un crecimiento del paro que ha sido nada menos que de 4.500 personas al día en el mes de enero". Cada candidato utilizó el registro que mejor servía a sus argumentos. El presidente se apoyó en la encuesta de población activa (EPA), el mejor termómetro del mercado laboral, homologable con Europa. Rajoy optó por el dato más reciente, aunque menos fiable: el paro registrado.
Aunque el líder de la oposición arrancó bien, finalmente, erró en los datos del paro. Rajoy espetó a Zapatero: "Cuando llegó al Gobierno había dos millones de parados; ahora hay 2,2 millones". La EPA apunta lo contrario: en marzo de 2004 había 2,2 millones de parados y ahora 1,9. Los datos del paro registrado tampoco refrendan a Rajoy. Según esas cifras, ahora hay 2,26 millones de parados, frente a 2,18 cuando el PSOE accedió al poder. Es decir, prácticamente igual. Pese a lo erróneo de las cifras, Zapatero no las rebatió.
Zapatero pecó de imprecisión para salvar una frase redonda. "Le debería alegrar que tengamos la tasa de paro más baja de toda la democracia", dijo. En realidad esa tasa, el 7,95%, se logró en el segundo trimestre de 2007. Al cierre del año era ya del 8,6%, por lo tanto, no es la mejor.
Uno de los mayores reproches del presidente del Gobierno a Rajoy se centró en el salario mínimo. "Le recuerdo que ustedes en el Gobierno hicieron perder poder adquisitivo a las rentas más bajas, a los trabajadores que cobran el salario mínimo interprofesional". En la primera legislatura popular, esta renta subió de forma decreciente desde el 3,5% hasta el 1,8%. En la segunda se limitó al 2% todos los años, por debajo de la inflación, por lo que los perceptores perdieron poder de compra. Rajoy eludió contestar y contraatacó con la inflación que, de nuevo, quedó sin réplica: "Cuando llegamos al Gobierno nosotros, había una inflación del 4,3%; cuando nos fuimos del Gobierno, la inflación era del 2,1%, y ahora ustedes nos la vuelven a dejar en el 4,3%". En realidad, en marzo de 1996, cuando el PP alcanzó el poder, la inflación era del 3,4%, una cifra inversa a la que leyó Rajoy. En marzo de 2004 quedó en el 2,1% y, ahora sí, alcanza ese 4,3%.
VIVIENDA
Precio y ritmo
Cómo no mentir, pero decir la verdad sólo a medias. Tanto Rajoy como Zapatero fueron unos maestros en el debate del lunes para comentar sólo los aspectos sobre vivienda que les beneficiaran... aunque tuvieran que retorcerlos un poco. Es cierto, como apuntó el líder del PP, que durante la última legislatura los tipos que repercuten en las hipotecas se han duplicado. Pero el efecto de las políticas del Gobierno sobre el Euribor es casi nulo, ya que éste depende de los mercados financieros y de la política monetaria, que se decide desde Francfort, muy lejos de Madrid.
Son también verdad las palabras del presidente del Gobierno: "Con ustedes subió el precio de la vivienda a niveles máximos, y con nosotros ha ido decreciendo hasta el 4,8%". Pero aquí, de nuevo, la causa de que ahora las casas se encarezcan menos hay que buscarla en la desaceleración de un mercado con exceso de oferta más que en las decisiones adoptadas por el Ministerio de Vivienda.
Y si las pequeñas trampas estuvieron presentes en el debate sobre el mercado libre, en el de la vivienda protegida ya camparon a sus anchas. Porque Rajoy echó en cara al presidente que el precio de los pisos de protección oficial se había disparado. "Año 2004: 112.000 euros. Año 2008: 200.000 euros", dijo muy ufano. Pero de lo que estaba hablando el aspirante a la Moncloa era de un tipo muy concreto, y muy reducido, de vivienda protegida: la de precio tasado.
"¿Sabe cuántas viviendas protegidas se inician ahora?", retó Zapatero a Rajoy. "100.000", se respondió a sí mismo. Pues bien, el líder socialista hinchó un poco las cifras. El año pasado fue el que registró una cifra más alta de iniciaciones: 95.255. Además, el número de viviendas protegidas iniciadas ha caído durante los nueve primeros meses de 2007, hasta las 56.612 viviendas. Con el frenazo en el sector del ladrillo, es altamente improbable que se alcancen las 100.000 viviendas protegidas al año que, según dijo Zapatero, se construyen "ahora". La cifra sigue por encima, eso sí, de las que se iniciaban en la segunda legislatura de José María Aznar: menos de 53.000 al año.
Acalorado por el debate, Zapatero llegó a decir: "Con ustedes subió el precio de la vivienda a niveles máximos; con nosotros ha bajado". No se sabe muy bien si se refería a que había bajado el precio -lo que es falso- o que había bajado el ritmo de crecimiento -que sí es cierto-.
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