Medvédev garantiza su apoyo a Serbia
El delfín de Putin subraya en Belgrado que Rusia no reconocerá a Kosovo
El hombre elegido por Vladímir Putin para sucederle en Rusia, Dimitri Medvédev, visitó ayer Belgrado para evidenciar su apoyo a las autoridades en su defensa de la soberanía sobre Kosovo. Se entrevistó con el presidente, el prooccidental Borís Tadic, y con el primer ministro, Vojislav Kostunica, un antieuropeísta creciente.
La frase más llamativa fue una renovación de la línea seguida por su mentor: "Actuamos en la asunción de que Serbia es un país unido cuya jurisdicción cubre todo el territorio y seguiremos aferrados a ese principio". Kostunica, animado por ese apoyo, anunció nuevas manifestaciones sin concretar fecha ni lugar. "Las protestas continuarán hasta que la independencia ilegal sea anulada. (...) No puede haber normalización de relaciones con los Estados que reconozcan Kosovo hasta que anulen esa decisión. (...) Serbia hará todo lo posible para aplicar las prerrogativas del Estado a todos los ciudadanos leales de Kosovo".
El primer ministro, que aún no ha condenado los actos de violencia ocurridos en Belgrado, envió ayer a la ex provincia a su ministro para Kosovo, Slobodan Samardzic, uno de los más exaltados (calificó de legítima la destrucción de dos puestos fronterizos el 19 de febrero). En el enclave serbio de Gracanica, al sur de Pristina, Samardzic prometió que su Gobierno seguiría sosteniendo la economía. "Deben disfrutar de la vida en un Estado serbio como el resto de los serbios. Haremos lo posible para que así sea". Al norte de Pristina, en la frontera entre Kosovo y Serbia, 19 agentes del servicio de policía kosovar resultaron heridos en choques con unos 150 manifestantes serbios contrarios a la independencia.
El jefe de la Misión de Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK), Joachim Rücker, exigió a Belgrado que confirme su apoyo al mandato de la ONU sobre la provincia. Rücker ha advertido a Samardzic de que le impedirá la entrada a Kosovo si insiste en sus declaraciones incendiarias.
La independencia de Kosovo entra en su segunda semana y la partida ya se juega en el terreno de Kostunica, la ambigüedad calculada. Por un lado niega que el objetivo sea la partición del norte de Mitrovica y por otro bloquea la misión de la UE. Marko Jacsik, uno de los líderes radicales de Kosovo, dijo ayer que "los albaneses están a la espera de una excusa" para atacar a los serbios y provocar su expulsión.
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