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Crónica:ELECCIONES 2008 | Campaña electoral
Crónica
Texto informativo con interpretación

45 minutos de sonrisas

Rajoy y Zapatero llegaron radiantes a los estudios de Ifema. Cuando se encendieron los focos, subió la tensión

Rosario G. Gómez

Casi como estaba previsto, salvo los dos minutos de retraso de José Luis Rodríguez Zapatero. Mariano Rajoy llegó a las 21.15, la hora marcada por la Academia de Televisión. Antes de acceder al recinto de Ifema, un grupo de simpatizantes del PP aplaudía la llegada de su líder, que recibió el primer mensaje de la noche: "Mariano, dales caña". Después, posó ante una maraña de fotógrafos y cámaras de televisión junto al moderador del cara a cara, Manuel Campo Vidal, y el realizador Fernando Navarrete. El protocolo se repitió 12 minutos después, cuando llegó Zapatero. Nueva sesión de fotos, más sonrisas y ni una declaración. Tampoco una foto conjunta. "Lo tenemos prohibido, según me han dicho", comentó Rajoy.

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La llegada de los candidatos al escenario del cara a cara televisivo, el primero después de 15 años, carecía del glamour de las grandes estrellas de Hollywood que pocas horas antes habían acudido a la entrega de los Oscar. Pero la cita tenía un cierto aire de solemnidad. Los dos candidatos bajaron del coche con una sonrisa desbordante y ajustándose los trajes. Fue el momento en el que a Rajoy se le descolocó la corbata, la misma que utilizó en el programa de TVE Tengo una pregunta para usted. Era su talismán. El líder del PP se sintió especialmente satisfecho de su paso por aquel programa, en el que se sometió en directo a las preguntas de un centenar de ciudadanos.

Acompañado por Pedro Arriola, el hombre con el que preparó el debate, el candidato de los populares se dirigió a la sala habilitada a pocos metros del plató en la que le esperaba su séquito, que había llegado una hora antes: Tomás Iribarren, un amigo de Pontevedra; Gabriel Elorriaga, responsable de comunicación; Pío García Escuredo, jefe de campaña, y Carmen Martínez Castro, jefa de prensa. Arriola fue también la persona elegida para acceder al estudio en la breve pausa publicitaria para comentar con su jefe cómo habían ido los tres primeros bloques del debate.

Zapatero, con la corbata también descolada, llegó junto a su jefe de Gabinete, José Enrique Serrano. Tras el aluvión de flases, se dirigió al encuentro de sus asesores: José Blanco, jefe de campaña; José Enrique Serrano, jefe de Gabinete; Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación; Angélica Rubio, directora de coordinación informativa, y Carlos Hernández, director de comunicación. Rubio fue la persona elegida por el candidato socialista para entrar en el plató en el intermedio. Así venía fijado en el estricto protocolo pactado por los dos partidos.

Ambos equipos se encerraron a cal y canto para mantener la concentración y alejados del bullicio de una sala continua donde los invitados de los partidos y de la Academia de Televisión seguían el desarrollo del debate a través de pantallas gigantes. Fuera, en el estudio de realización, los jefes técnicos designados por cada uno de los partidos -Jorge Rábago, especialista en telegenia, por el PP, y el periodista Miguel Ángel Sacaluga, por el PSOE- vigilaban de cerca la retransmisión del debate, que fue difundido por una treintena de televisiones.

Campo Vidal, mientras tanto, se mostraba tranquilo. "No estoy nervioso, pero es mucha responsabilidad", comentaba poco antes de salir al plató. Estaba a punto de comenzar el "debate global". Cuando, pasadas ya las diez de la noche, las luces se encendieron, Zapatero y Rajoy perdieron la sonrisa y empezó el duelo electoral.

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