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Reportaje:

"I vida i mort són aparences"

Unas 300 personas despidieron ayer con sus poemas a Josep Palau i Fabre

"Ens hem anat trobant tantes vegades, que no ens ha de sorprendre a cap dels dos aquest darrer intercanvi de mirades en un espai de temps misteriós", escribía Josep Palau i Fabre en el poema La mort, cuyos versos cobraron vida de nuevo ayer en labios de la actriz Montserrat Carulla en el Palau de la Generalitat, durante la ceremonia de despedida al escritor, fallecido el sábado a los 90 años. Fue un acto sobrio, pero evocador y emocionado, que reunió a unas 300 personas entre políticos, artistas, amigos y colaboradores de Palau i Fabre, algunos de ellos entregados a la difusión de su obra desde la fundación que lleva su nombre en Caldes d'Estrac.

El autor de Poemes de l'alquimista (1952) escogió vivir sus últimos años en Caldes, justo encima de sus picassos, donde podía compatirlos y contemplarlos a menudo. En el pequeño cementerio de la localidad del Maresme fue enterrado ayer. "Era el último gran maestro. Siempre admiré su coherencia extrema, no renunció nunca a su mirada de poeta, y ese es el legado que nos deja: su poesía, búsqueda constante de la libertad, que lleva al hombre a perderse en un laberinto", recordaba el escritor Jordi Coca, miembro de la fundación, al salir del homenaje que se encargó de presentar.

En todo momento estuvieron presentes los versos del autor. Maria del Mar Bonet interpretó uno de los más célebres, Jo em donaria a qui em volgués, a escasos metros del féretro, rodeado de coronas de flores de un color intenso. La voz del propio poeta, registrada en una grabación, despedía serena y llena de matices la ceremonia laica con la lectura de su Canto espiritual, compuesto en París en 1950 y que encerraba unos versos que parecían escritos para ese preciso instante: "No creo en ti, Señor, pero si eres, sácame de este engaño de una vez. ¡Hazme ver bien tu cara!".

El presidente de la Generalitat, José Montilla, cerró el acto. "Era un transgresor permanente, un poeta a contracorriente", dijo Montilla durante su discurso, e invitó a los catalanes a compartir su "respeto por la validez literaria del autor", al que se refirió constantemente como "Palau i Fabrè", con acento, lo cual provocó no pocos comentarios en la sala. El Centre Cultural Blanquerna de Madrid recordó también al autor ayer con un debate sobre la figura del escritor, y el jueves lo hará el Ateneo Barcelonés, que esperaba su visita esta semana.

Fue el último adiós al poeta, pero no a su poesía; "I vida i mort són aparençes", como escribió en La caverna (1952) el autor, que con la mirada puesta en su despedida, dijo en una ocasión "Sea como sea, en el momento de caer el telón, sé que podré decir: 'Perdonad, pero no lo he sabido hacer mejor".

Más vida de Picasso y una biblioteca

Aunque el poeta trabajó hasta sus últimos días, aún quedan en la Fundación Palau i Fabre cajas con material inédito. Tomàs Nofre, vicepresidente de la entidad, explica que el proceso de inventariado comenzó en 2003 y que aún continúa. Por lo hallado hasta ahora, los manuscritos incluyen ensayos, artículos, cuentos y textos en francés de la década de los cincuenta que ni Palau recordaba haber escrito. La reunión (en principio, la semana próxima) del patronato de la fundación habrá de decidir qué material se publica y cómo deberá editarse. "A la obra completa es difícil que vayan porque es lo que supervisó él mismo y la quería así", afirma el patrono Joan Tarrida, a su vez director general de Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg, que ha editado los dos volúmenes de la Obra literària completa (Poesia, teatre i contes y Assaigs, articles i memòries). En su opinión, una manera sería la edición de esos textos de forma independiente en una Biblioteca Palau i Fabre. Ahí entrarían, explica Nofre, "unos apuntes que completarán las memorias, que tituló El monstre" y que escribió entre 1984 y 1985.

Otra historia es el futuro del cuarto volumen de su biografía sobre Picasso, que había de analizar la vida del artista entre 1926 y 1937, con la génesis del Gernika, y que iba a cerrar su estudio. Tarrida explica: "Él mismo me dijo que el texto estaba hecho, pero no lo he visto". Francisco Rey, director literario de Polígrafa (que publicó los otros tres volúmenes), asegura: "Desde el 2000 sólo hemos visto un capítulo definitivo, el primero". El sistema de trabajo del autor, que exigía una copia en color de todos los cuadros de la época, que él mismo compaginaba con el texto y a partir de ahí seleccionaba, era largo y costoso, lo que creó discrepancias con la editorial. Tarrida aclara: "Desde la fundación buscaremos el acuerdo". Mientras, Polígrafa prevé reeditar dos ensayos de Palau i Fabre: El secreto de 'Las meninas' de Picasso y otro biográfico más breve, cómo no, sobre el pintor malagueño.

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