La calle K de la Zona Franca estará una semana cortada

La calle K, situada en el polígono industrial de la Zona Franca de Barcelona, estará parcialmente cortada esta semana debido al socavón causado por una filtración de agua.

El problema se produjo el pasado sábado, sobre las 20.00, cuando la calle empezó a mostrar un hundimiento de varios metros de longitud y poco menos de un metro de profundidad. Las primeras investigaciones realizadas por el Departamento de Política Territorial apuntan a una fisura entre dos pantallas, por donde habría entrado el agua del freático acumulada en la zona. Las pantallas corresponden a obras de la futura línea 9 del metro de Barcelona.

Política Territorial ha abierto un expediente informativo para determinar las causas exactas del problema. A la espera del resultado definitivo, las primeras investigaciones apuntan a que una piedra de pequeñas dimensiones habría quedado encastada entre dos pantallas del muro cercano a la estación. La presión del agua del subsuelo habría terminado por removerla y causar una filtración.

Diferente de Bellvitge

El proceso siguiente es similar al que produjo los hundimientos en la zona de Bellvitge cuando se realizaban las obras del AVE: el agua abandona el lugar y origina el hundimiento del subsuelo. La diferencia entre el caso de Bellvitge y el de la Zona Franca, sin embargo, es notable. En Bellvitge, según fuentes del Gobierno catalán, lo que se produjo fue un mal sellado de las pantallas, de modo que las filtraciones tanto de agua como de limos fueron generales. En la Zona Franca no hubo fallo en el sellado, se trató sólo de un pequeño orificio que, además, fue detectado casi de inmediato en una inspección ordinaria y sellado con la misma prontitud. No obstante, sí se produjo un hundimiento del terreno al perder agua del subsuelo.

El corte en la calle se debe, explicaron fuentes de Política Territorial, a la voluntad de garantizar que no se volverá a producir otro problema y, sobre todo, a la decisión de hacer nuevos sondeos en el entorno del terreno para garantizar su consistencia. "Podemos tomarnos las cosas con cierta calma porque no hay excesiva presión en términos de tráfico", explicó el director general de Transportes, Manel Villalante; de ahí que se haya optado por dejar un carril en cada sentido.