"Ir en coche cada día era muy duro y caro"
Ángel García Heras vive en Toledo, trabaja en Madrid y utiliza cada día el ferrocarril
Ángel García Heras trabaja en Madrid, en una compañía de seguros, y vive en Toledo. Cada día recorre los 70 kilómetros que separan ambas ciudades. Desde 1996. Primero lo hizo en coche, luego se pasó a los trenes regionales, y, a veces, usaba el autobús. Desde el 16 de noviembre de 2005 utiliza el tren lanzadera que circula por la línea de alta velocidad. Está satisfecho, en general, aunque hay detalles que, sostiene, pueden mejorar.
"Ir en coche de Toledo a Madrid era muy duro", explica. Y caro. Gastaba en gasóleo unas 50.000 pesetas anuales. Y entonces ese combustible era mucho más barato. En 1999 se pasó al tren. Había unos cercanías que tardaban unos 90 minutos y el Regional Exprés, que hacía el trayecto en 55. Hoy, el AVE tarda media hora.
"La lanzadera es muy positiva, pero a Renfe le falta práctica, aunque quiere mejorar", dice. El principal problema que percibe son los horarios, muy espaciados en algunas franjas del día: "A veces, entre un tren y otro hay dos horas". También el billetaje. "Tienes que comprar abonos, pero no son una tarjeta, sino billetes. Yo compro una vez al mes 44, ida y vuelta, para 22 días de trabajo. Luego tengo que reservar para cada tren, porque si no, no tengo plaza. A las ocho de la mañana, o reservo tres días antes o no voy".
García Heras pertenece a una asociación que ha negociado con una cadena de agencias de viajes la expedición de billetes por ordenador. "Están trabajando en ello, pero es una empresa lenta". También aspira a que el billete del tren quede integrado con el resto del transporte de Madrid. "El del autobús lo está. Lo negociaron Bono y Gallardón, pero el tren, como es Regional, quedó fuera. No pedimos que nos subvencionen, que nos cobren lo mismo, pero que nos faciliten las cosas".
El coste de los 44 viajes que él realiza es de unos 200 euros al mes. El del autobús, la mitad, aproximadamente. De todas formas, García Heras tiene claro que el tren le ha cambiado mucho la vida: "Es más cómodo, más rápido y produce menos cansancio", concluye.
Hay unas 6.000 personas que, como él, viajan diariamente entre Madrid y Toledo. Algunos se trasladaron a la capital de Castilla-La Mancha al conocer el proyecto de Renfe. "El precio de la vivienda es incomparable", explica. Otros, que eran de Toledo y se habían instalado en Madrid, "han vuelto ahora y conservan el trabajo en la capital". Sin el tren todo sería diferente,
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