El Parlamento reclama que se audite la compra de dólares por el Guggenheim

El Parlamento acordó ayer requerir al Tribunal Vasco de Cuentas Públicas que incluya entre los informes que realizará este año la fiscalización de la operación de compra de dólares realizada por el Museo Guggenheim para el pago de las monumentales esculturas que forman la instalación de Richard Serra La materia del tiempo.

A instancias del PSE, la Cámara adoptó por unanimidad la decisión de instar al órgano auditor a que realice un "análisis de legalidad" de la operación, realizada entre 2002 y 2005, y que ocasionó al museo unas pérdidas de seis millones de euros, al haberse realizado sin la cobertura de ningún seguro sobre el tipo de cambio.

Fue el propio tribunal el que descubrió esas pérdidas en uno de sus informes, pero la socialista Isabel Celaá pidió ayer que se analice la legalidad de todas las actuaciones relacionadas con la operación y el cumplimiento de los principios contables.

Celaa quiere también que el órgano fiscalizador aclare la "motivación razonada" del hecho de que la Sociedad Tenedora, la entidad creada al 50% por el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya para adquirir obras para el museo, realizase una compra de dólares con tan "significativa antelación" sobre la fecha en que se debían efectuar los pagos. Su petición trata también de que el tribunal determine igualmente las pérdidas producidas entre 2006 y 2007.

"Seriedad" y "honestidad"

La propuesta tenía garantizada la aprobación por el apoyo del PP y Aralar y los tres grupos del Gobierno se sumaron a ella.

Las portavoces del tripartito en el debate -Leire Corrales, del PNV; Onintza Lasa, de EA, y Kontxi Bilbao, de EB- coincidieron en respaldar a la consejera de Cultura, Miren Azkarate, que ha manifestado ante la Cámara que la operación fue correcta y legal, y defendieron "la transparencia", "la seriedad" y la "absoluta honestidad" de la actuación. El Gobierno, recalcó Lasa, no tiene "ningún miedo" a la auditoría.

Celaá calificó la operación de "ruinosa" y apuntó que cuando se llevó a cabo existían indicadores que claramente alertaban de una tendencia a la baja en el tipo de cambio entre el dólar y el euro.

El popular Carmelo Barrio calificó la compra de "barbaridad contable" y tachó de "oscurantista" la gestión. Barrio señaló también que la operación ha dado lugar a "un batacazo", pero sugirió que quizá "alguien ha querido dar un pelotazo".