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Reportaje:

Decálogo contra el estrés

Un curso enseña técnicas para combatir la ansiedad

Estrés: tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos que pueden ser graves. Efectos del estrés: Pesimismo, afección en el sistema respiratorio, náuseas, cefaleas, caída de la libido y alteraciones de la micción, el apetito y el sueño. Perfil tipo del enfermo de estrés: persona desbordada por el trabajo, perfeccionista, competitiva y que no logra organizarse ante su incapacidad de rechazar más tareas.

¿Cómo plantar cara al que muchos psicólogos llaman ya el mal del siglo XXI?

La Obra Social de Caixa Catalunya ha organizado en Jerez un taller en el que dos psicólogos, Francisco Gil y Mencía Ruiz, enseñan a decenas de personas sencillos trucos para reducir la ansiedad.

Según los expertos del curso, el estrés es fácil de detectar: agitación, cambios de humor, insatisfacción, cansancio, molestia por pensamientos sin importancia, tristeza o deseos de la felicidad de otras personas. Estos síntomas provoca agresividad o inhibición de sentimientos. El mejor remedio es la relajación progresiva.

Hay que concentrar toda la fuerza en un puño muy cerrado que, tras varios segundos de gran tensión, se abre lentamente mientras se inspira y expira con fuerza. Según Mencía Ruiz, hay que repetir este ejercicio con casi cualquier parte del cuerpo y siempre con los ojos cerrados.

Ante un público entregado, los expertos cuentan los diez pasos contra el estrés: organizar el tiempo, aprender a decir no, hacer ejercicio y tener una dieta saludable son las primeras cuatro medidas. La quinta regla es ser realista y no marcarse metas muy altas. "Toda la vida trabajando para tener un coche y después no tenía tiempo para disfrutar el coche", ejemplifica el psicólogo Gil. Un reposo adecuado, aplicar técnicas de relajación, expresar emociones, sean positivas o negativas; y corregir los pensamientos pesimistas son cuatro directrices a añadir en el decálogo, que concluye con una última norma: experimentar emociones positivas.

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Para seguir este último consejo, se aplica la risoterapia. Una técnica que el personal invitado al taller pone en práctica sin mayores problemas. "Dar un golpe de diafragma diciendo ja y a partir de ahí se contagia la risa", explica Mencía, quien advierte de que los niños ríen el triple que los adultos.

"Yo no sé si lo sabré hacer en casa, pero hoy desde luego me voy mucho más tranquila", comenta una risueña Rosa Tinoco tras abandonar la sala.

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