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ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

La oposición se marca el objetivo de evitar la mayoría absoluta del PSOE

La campaña arranca con gran estabilidad en el mapa electoral de Andalucía

Lourdes Lucio

La oposición comparte un objetivo en la campaña electoral que arrancó la medianoche de ayer: que el PSOE pierda la mayoría absoluta. El éxito y el fracaso de los principales partidos en liza tiene un número, 55, la cifra que señala el fiel de esa mayoría en el Parlamento andaluz, integrado por 109 diputados.

Si hay que hacerle caso a todas las encuestas publicadas, el mapa electoral de Andalucía se va mantener invariable. Los sondeos pronostican una nueva mayoría absoluta del PSOE y señalan que el único partido que sube en apoyos es el PP. Es una incógnita el futuro que les deparará las urnas a los partidos minoritarios, Izquierda Unida y Coalición Andalucista, atenazados desde hace ya varias legislaturas por un bipartidismo feroz.

La falta de incertidumbre sobre el resultado, el convencimiento de que otra vez el PSOE va a ganar después de 26 años en el poder, es el peor enemigo de los socialistas en estas como en otras elecciones, porque puede provocar que su electorado opte por quedarse en casa. El candidato del PSOE a la reelección por sexta vez, Manuel Chaves, abrió anoche la campaña en Cádiz junto con Alfredo Pérez Rubalcaba, número uno al Congreso, y prácticamente todos sus mensajes enfocaron a la misma dirección: no hay que hacerle caso a las encuestas, la abstención significa votar a la derecha. En una de las provincias donde los andalucistas conservan más apoyos, Chaves se dirigió al votante del PA para que no emigre hacia el PP porque "votar a la derecha es hacerlo contra el progreso de Andalucía".

Los cálculos del PSOE estiman que con un 70% de participación (hace cuatro años fue del 74,6%) volvería a gobernar sin necesidad de alianzas. De ahí que durante la precampaña, haya sacado a pasear el espantajo de la etapa de la pinza entre PP e IU en la cuarta legislatura (1994.1996). Es un mensaje dirigido al corazón y la memoria de sus votantes para sacudirlo de la posible modorra electoral.

Pero además de pedir votos para él, Chaves pide con el mismo ardor el apoyo para José Luis Rodríguez Zapatero, no sólo porque a Andalucía "nunca le ha ido bien con la derecha", según él, sino también por las consecuencias internas que tendría para el PSOE volver a la oposición. Los socialistas aspiran a mantener los 38 de los 61 diputados al Congreso que se eligen en Andalucía.Al igual que los socialistas pero a la inversa, el PP cree que sus posibilidades de quedar bien, es decir, la pérdida de mayoría absoluta del PSOE, dependen de que la participación se mantenga en torno al 65%. Su candidato, Javier Arenas, vuelve por tercera vez a intentar batir a Chaves, pero esta vez en lugar de Sevilla, su provincia natal, por Almería, donde cree que puede superar en votos al PSOE. "Vamos a por todas", dijo ayer el popular quien abrió campaña también en Cádiz junto al candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy.

Arenas ha hecho un esfuerzo en la precampaña por no entrar en el cuerpo a cuerpo con Chaves, sino en dar a conocer su programa de gobierno cuajado en promesas dirigidas al bolsillo de las familias. "No hay que temer al cambio", "los andaluces tienen derecho a conocer otra forma de gobierno", insiste machaconamente. Aunque asegura que si pierde ocupará su escaño durante cuatro años es bastante improbable que en 2012 sea de nuevo el cartel electoral popular, como también lo es que repita Chaves si vuelve a ganar.

Otro viejo conocido del socialista y del popular es el candidato de Izquierda Unida, Diego Valderas, quien se juega como en 2004 no salir elegido candidato por Huelva, su circunscripción. La incertidumbre mayor se cierne sobre los andalucistas. Las encuestas barruntan su práctica desaparición del mapa electoral, salvo en Cádiz y Sevilla.

Escaños reñidos

No es casualidad ni un capricho que los socialistas y los populares hayan elegido la provincia de Cádiz para iniciar la campaña. El PSOE aventaja en tres diputados, tanto al Congreso como al Parlamento andaluz, al PP, pero es aquí donde, según los datos que manejan, puede haber baile de puestos. Ambos partidos intentan arrebatar al Partido Andalucista su escaño. Otra provincia en la que han centrado sus esfuerzos es Málaga donde la diferencia es sólo de dos diputados. El PP acaricia la idea de coger el diputado que en la anterior legislatura fue a parar a los andalucistas y confía en que el PSOE, si hay menos participarón, pierda uno. En Almería, el escaño de más que gana esta provincia por aumento de la población, en detrimento de Córdoba, irá a parar al PP, coinciden las dos formaciones. La incógnita es saber si Arenas, por primera vez, sumará más votos que el PSOE.

Para conservar la mayoría absoluta (estipulada en 55), el PSOE necesita que se mantenga la distancia que se dio en Sevilla hace cuatro años -11 diputados frente 5 del PP, 1 de IU y 1 del PA-. Esos seis escaños son el mejor colchón para los socialistas en caso de perder diputados en otras provincias.

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