Un alegato contra la censura

Bajo el largo título de Un caso entre mil o La prensa y la Dictadura. Datos interesantes para la historia de España en el año de gracia de 1876 se esconde un profundo y vigente alegato en defensa de la libertad de expresión. Surgió de la pluma de Nicolás Salmerón (Alhama de Almería, 1838-Pau, Francia, 1908) tres años después de presentar su dimisión como presidente de la I República y permaneció olvidado por más de un siglo en algún recóndito rincón de la Biblioteca Nacional.

Fue una casualidad la que propició el hallazgo de esta obra, que supone una radical defensa de la libertad de expresión. Corría la década de los ochenta cuando el poeta y filólogo granadino Fidel Villar Ribot, inmerso en un proyecto de investigación sobre la ideología krausista en la literatura española, topó casi por azar con el texto que han reeditado las asociaciones de la prensa de Almería y Granada coincidiendo con el año en el que se celebra el centenario de la muerte del filósofo y político, que fue presidente de la I República durante un mes y medio.

"Buscando bibliografía de unos y otros topé de repente con Salmerón, posiblemente el político más importante" de todos los que respaldaron en España la ideología iniciada por el pensador Karl Christian Friedrich Krause, explica Villar sobre el rescate de una obra que "nadie sabía que estaba en la Biblioteca Nacional y que nunca antes había sido citada". El libro constituye un "alegato con una vigencia penal absoluta" que permitiría "presentarlo hoy mismo como defensa ante cualquier juzgado", recalca el autor de la edición. Se trata, añade Villar, de un alegato contra la censura impuesta por una "sociedad injusta, burguesa y conservadora que no respetaba nada que fuera más allá de su forma de pensar".

Villar señala que Salmerón decidió abandonar la vida política más por desencanto que por haberse negado a firmar una pena de muerte, tal y como se ha sostenido tradicionalmente. El autor confía en que el año en el que se cumple el primer siglo de la muerte de Salmerón sirva de lanzadera para divulgar su nombre. "Es desgraciadamente una figura olvidada tanto por la historia como por el pensamiento político", lamenta Villar.