A mazazos en la taquilla del cine

Cuatro encapuchados irrumpieron la medianoche del viernes en las taquillas de los cines UGC Ciné Cité de la avenida de Manoteras (Hortaleza) y se liaron a mazazos con las lunas. En tres minutos se apoderaron de dos cajas de seguridad en las que había unos 2.000 euros, según explicó ayer el director de los cines, Manuel Avilés.

A las doce de la noche sólo había una persona que estaba comprando entradas para la hora golfa (sesión de madrugada). En ese momento, paró un Mercedes CLS en el que iban cuatro jóvenes. El vehículo se quedó en medio de la calle, mientras tres de sus ocupantes salieron escaleras arriba hacia las taquillas. Encapuchados y con guantes, uno de ellos llevaba una maza de grandes dimensiones.

A esa misma hora salían unas 40 personas que acababan de ver una película. Cuando oyeron los primeros mazazos, corrieron despavoridos al darse cuenta de que era un atraco. El cliente también se retiró para evitar ser golpeado. "La taquillera que había en ese momento salió corriendo al ver el primer mazazo", explica Avilés.

Otros dos compinches se colocaron en las puertas de acceso al centro comercial y en el garaje. Uno de ellos llevaba una pistola con la que apuntó a algunos clientes. El primer ladrón que se puso a golpear la luna no pudo romperla, dado que se trata de un cristal de seguridad de un grosor considerable. Tomó el relevo el que iba armado, que está, según las imágenes grabadas por las cámaras de vigilancia, mucho más fuerte. Fue éste el que consiguió abrir un boquete.

Uno de los atracadores, el más delgado, se coló por el hueco y fue sacando los dos cajones en los que había dinero. No más de 2.000 euros. "En ese momento había unas 700 personas en las salas. La mayoría no se enteró de lo que había pasado hasta que salieron de ver las películas", añade el director de los cines.

El conductor del Mercedes se unió instantes después con los otros atracadores. Fue el que recogió la maza y se postró delante de la puerta con esta herramienta para evitar que nadie saliera del centro. Después corrieron hacia el Mercedes. Las cámaras les perdieron el rastro cuando aún no había llegado la policía. "Fue más el destrozo y lo que costó el cristal que realmente lo que se llevaron. Suspendimos la sesión de esa madrugada, pero el cine abrió al día siguiente sin problemas", concluye el gerente.