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Reportaje:

Pau apacigua la cólera de Kobe

El fichaje del español cierra heridas en la tormentosa relación entre los Lakers y su estrella

Robert Álvarez

El señor Collins se personó en el gimnasio del hotel Juan Carlos I de Barcelona un día de junio y se encontró con Pau Gasol. Lo que a primera vista pareció una conversación de pura cortesía sembró la semilla de uno de los traspasos más espectaculares en la NBA durante los últimos tiempos, el de Pau a los Lakers. El señor Collins no es más que el apellido falso que utilizó Kobe Bryant para pasar desapercibido durante su corta estancia estival en Barcelona. Su sintonía con Pau y el papel que ha jugado en el traspaso escenifican el último movimiento de Kobe en la intensa partida de ajedrez que libra desde hace años con los dirigentes de los Lakers.

Dice Kobe que lleva la sed de victorias en su ADN, que para él ganar es una obsesión. Desde que Shaquille O'Neal emigró a Miami en 2004, las perspectivas de los Lakers para ganar un título se redujeron a la mínima expresión. Kobe abogó por la contratación de una figura y se ilusionó con la posibilidad de jugar al lado de Mike Bibby, Ron Artest, Kevin Garnett o Jason Kidd. Finalmente, el elegido ha sido Pau Gasol. El proceso duró años y abrió profundas heridas en la relación entre Kobe y su equipo que ahora cicatrizan.

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La carrera de Kobe está mediatizada desde sus inicios por Michael Jordan. Elegido en el puesto número 13 del draft por los Hornets, Jerry West, entonces director general de los Lakers, adquirió los derechos de aquel chaval de 17 años que dio el salto a la NBA sin pasar por la universidad. Las diferencias son ostensibles. Jordan precisó siete años antes de ganar su primer anillo. Kobe, cuatro. Pero MJ se erigió en el jugador sobre el que gravitaron los Bulls para alcanzar seis títulos y fue elegido el mejor en cada final. Los Lakers erigieron el equipo en torno a O'Neal y Kobe no logró el MVP en ninguna de las tres finales que ganó (2000, 2001 y 2002).

Cuanto sucedió en la cancha estuvo mediatizado por episodios de un enorme impacto fuera. En julio de 2003, una empleada de un hotel de Colorado acusó a Kobe de haberla violado. El club le propuso un año sabático hasta que se resolviera el conflicto, pero él no aceptó. Sus compañeros, empezando por O'Neal, le acusaron de ser un egocéntrico y Phil Jackson tuvo que dirigir los entrenamientos sin Kobe, que sólo aparecía en el último instante para disputar los partidos. La batalla verbal entre Kobe y O'Neal se recrudeció. "Que regrese menos gordo y más en forma", le reprochó Kobe a Shaq, que contraatacó: "Si no está contento, que se vaya".

Poco después, Kobe activó la cláusula de salida en su contrato. La ruptura parecía inevitable. Jerry Buss, el propietario del equipo, compró un encarte publicitario en el diario Los Angeles Times con el eslogan Kobe, quédate con los que te quieren. Los Lakers traspasaron a Shaquille a Miami y firmaron un contrato de 136 millones de dólares (93,7 millones de euros) por siete años a Kobe, además de prometerle reforzar el equipo.

Los Lakers contrataron a Karl Malone. Al poco tiempo, Kobe atacó a su amigo llegado de Utah, porque, según él, le hizo proposiciones deshonestas a su esposa Vanessa. Phil Jackson decidió entonces tomarse un año sabático. Lo aprovechó para publicar un libro: La última temporada: un equipo a la búsqueda de su alma. El entrenador explicaba: "El problema de Kobe es que no ha sabido nunca adaptarse a un colectivo. No puede vivir más que siendo el número uno y está dispuesto a todo para conseguirlo". Un año después, Jackson y Kobe volvieron a unir sus destinos.

Kobe recriminó al manager de la franquicia, Mitch Kupchack, no haber canjeado a una de las promesas del equipo, Andrew Bynum, por el experimentado base Jason Kidd. La pasada temporada, Kobe se lanzó como un poseso a la obtención de marcas anotadoras descomunales. Sobrepasó los 50 puntos en cuatro partidos. Pero la sequía de títulos se prolongó un año más. Tras ser eliminados por los Suns, Kobe fue tajante: "Quiero ser traspasado, no veo otra solución. Iría a jugar a Plutón si hiciera falta". Pero tres horas después, Kobe se entrevistó con Jackson y se retractó: "Le escuché. Tengo mucha confianza en él y me dijo que está convencido de que volveremos a encontrar el camino del éxito. Quiero quedarme en los Lakers hasta el final de mi carrera", concluyó el escolta, de 29 años.

La llegada de Pau se entiende por fin como el broche de la reconciliación de la estrella con su equipo, el último escalón en el camino de la reconquista.

Kobe salta durante un partido hacia canasta.
Kobe salta durante un partido hacia canasta.REUTERS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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