"Estoy deseando que evalúen a mis hijos"
"Mis cuatro hijos hablan a la perfección, español, inglés y euskera" explica Ketty Sánchez en el blog familiar de Internet (www.educarencasa.org). Además, los mayores reciben clases de francés y alemán y tocan el piano, el violín y el trombón. "Dos días a la semana les llevamos a la piscina a nadar", y cada jueves por la mañana pasan dos horas en una academia.
Con esta apretada agenda de actividades extraescolares, en las que sus hijos conviven con otros niños, la familia Branson intenta suplir las relaciones sociales que sus hijos tendrían en un colegio normal.
"Estoy deseando que les evalúen para demostrar lo bien que les hemos educado", apunta la madre, que reconoce que este tipo de enseñanza "requiere cierto esfuerzo" por parte de los padres.
Cerca de medio centenar de familias vascas forman a sus hijos en casa, según la Asociación por la Libre Enseñanza (ALE), fundada por los Branson. "Sabemos que existen más, pero no se atreven a aparecer en público por miedo a que les denuncien", explica la madre a EL PAÍS. "La familia es la mejor escuela, donde cada uno de los niños aprenderá a socializarse", sentencia Sánchez.
En su año y medio de historia, la asociación acumula 210 socios. Una vez al mes, 25 chavales se reúnen en Euskadi en torno a la asociación. Según ALE, los hogares que apuestan por la educación en casa aumentan. En la escuela a distancia de California (EE UU) donde los Branson matricularon a sus hijos, hay una 50 familias de España. La familia, de confesión evangélica, asegura que la religión no influyó demasiado en su decisión de educar a sus hijos en casa.
En este curso, los niños de ALE ya han visitado Kutxaespacio de San Sebastián, el Planetario de Pamplona y pronto patinarán sobre hielo en Vitoria. "Esto no ha hecho más que empezar. Pronto seremos un gran número de familias, y no tiene sentido que ninguna administración haga nada por nosotros", señala Katty Sánchez.
