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Tras los pasos perdidos

Reyes Rincón

La investigación de los casos de desapariciones se rige por un axioma: "El tiempo que pasa es la verdad que huye". El inspector jefe de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía de Sevilla, Miguel Jiménez Sola, se asegura de que las seis personas de su equipo no olviden nunca este lema. "El tiempo es el peor enemigo en estos casos. La búsqueda tarda en empezar lo que la familia tarde en denunciar", explica.

La Policía tramitó el año pasado en Sevilla 270 denuncias por desapariciones. Más del 90% correspondían a adultos y la "gran mayoría" se resuelven "rápidamente". Los casos de menores se pueden contar con los dedos de una mano y casi todos se explican por disputas entre los padres o por rebeldía adolescente. "De niños pequeños llegan, afortunadamente, muy pocos casos. Lo que pasa es que crean mucha más alarma porque se sabe que casi nunca se van voluntariamente. Un niño tiene muy poca autonomía", apunta Jiménez Sola.

El inspector jefe de Homicidios de Sevilla sólo recuerda dos casos de desapariciones de menores que siguen abiertas en Andalucía Occidental: la de Mari Luz y un niño de Dos Hermanas (Sevilla), aunque la investigación de este último apunta a que se lo pudo llevar su padre, que desapareció 14 días después.

Sus fotografías, como la de la adolescente irlandesa desaparecida en Mijas, Amy Fitzpatrick, se difundieron, por iniciativa de sus familias, horas después de que se les perdiera el rastro, una opción de la que discrepa el inspector jefe de Homicidios de Sevilla. "Hay que entender la postura de los padres. Es difícil estar parado en casa esperando a que aparezca tu hijo. Entiendo que muevan cielo y tierra e intenten que el tema adquiera relevancia en los medios, pero creo que no es lo más adecuado". En su opinión, la publicidad excesiva de un caso "pone en peligro" al menor. "Si alguien lo ha raptado y, de repente, todo el mundo conoce la cara del niño, el que lo haya hecho puede asustarse", explica Jiménez Sola. "¿Pero quién le dice a un padre que se esté de brazos cruzados?", se pregunta.

Las desapariciones de personas adultas son otra historia. Son las más numerosas y la mayoría se deben a marchas voluntarias. "Casi siempre es gente que sale a pasear un rato y tarda cuatro días en volver. Lo de ir a comprar tabaco no es broma, suele ocurrir. Y si el adulto quiere poner tierra de por medio, la investigación se complica. El que no quiere aparecer es difícil que aparezca". Aún así, la meta de la policía es resolver cada caso. Algunos tardan años, como el de un hombre al que buscaban desde 2004 y han encontrado recientemente en Argentina. "Era de aquí, un día se fue de su casa y no se lo comunicó a nadie. La familia le buscaba. La investigación nos llevó pronto a que había salido de España y probablemente hacia Argentina. Ahora lo ha encontrado la policía de allí y él no quiere volver". "Nosotros ya estamos acostumbrados, pero la familia lo pasa mal", reconoce el jefe de Homicidios.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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