El Ejército israelí mata en Gaza a nueve palestinos

El paréntesis generado por la publicación del informe sobre la guerra de Líbano y por la voladura de la frontera entre Gaza y Egipto dio paso el lunes al atentado suicida de Dimona, y ayer a la reanudación de la guerra de desgaste que el Ejército israelí y Hamás libran desde hace más de una década. Siete policías perecieron en una comisaría cerca de Jan Yunis, al sur de la franja, y dos milicianos de Hamás, por disparos de soldados cerca de la frontera, en Rafah. Por su parte, los grupos armados palestinos lanzaron media docena de cohetes contra la ciudad de Sderot.

Un día después del atentado suicida de Dimona, la confusión desapareció sobre la autoría del ataque. El lunes fue reivindicado por la milicia de Al Fatah y por la del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Ambos difundieron incluso un vídeo en el que aparecían terroristas anunciando su intención. Ahora deben estar bien escondidos y perseguidos. Porque los autores del crimen son dos hombres de Hamás de Hebrón. El movimiento islamista se atribuyó la responsabilidad del atentado, poniendo fin a tres años y medio en los que no cometió este tipo de ataques en suelo israelí.

Diputados de Kadima, el partido del primer ministro Ehud Olmert, exigieron al Gobierno que reanude los asesinatos de los dirigentes políticos de Hamás, muchos de los cuales pasaron anoche a la clandestinidad.