Abiertas las 16 estaciones de esquí catalanas por primera vez en dos años
Los centros prevén buena afluencia de esquiadores durante la Semana Santa
Hacía dos años que no sucedía. La totalidad de las 16 estaciones de esquí catalanas, las 10 alpinas y las 6 nórdicas, estaban abiertas simultáneamente y sin excepciones el fin de semana del pasado 20 de enero, con casi 400 kilómetros de pistas disponibles.
El sector del negocio de las actividades de invierno contiene la euforia tras el desastroso 2007, una temporada que se saldó con el 30% menos de esquiadores y el 40% menos de ingresos respecto al curso 2005-2006, una de las mejores temporadas de los últimos tiempos, en la que se facturaron 2,4 millones de forfaits. Y una segunda derivada de la cuestión: las nieves en el Pirineo hacen prever una buena cosecha de agua en primavera con el deshielo.
La primera gran nevada de la temporada se produjo el 10 de diciembre de 2007. Para los responsables de los centros invernales representó un mal inicio del negocio al no poder facturar la semana del puente de la Constitución. "La afluencia de esquiadores fue escasa hasta el 24 de diciembre", señaló ayer Roberto Buil, director comercial y de comunicación de Baqueira-Beret. El panorama cambió a partir de aquella fecha. "La semana de Navidad y la de fin de año fueron fantásticas", agregó Buil. "Uno de los mejores periodos de Baqueira-Beret en los últimos años", añadió el portavoz de la estación aranesa. "Nos visitaron unos 130.000 esquiadores".
Buil es optimista, pese a que el pasado mes de enero no se cumplieron las expectativas de crecimiento. "Fue algo flojo", precisó. Y con él coincidieron el resto de responsables de las estaciones de esquí catalanas.
No les faltan argumentos. Desde aquel 10 de diciembre, las nevadas en el Pirineo no han sido abundantes, pero se han ido produciendo con intermitencias de 15 días como media. "El pasado fin de semana nevó en todo el Pirineo, desde Vallter 2000, en el Pirineo oriental hasta Baqueira-Beret, en el occidental", señaló Joaquim Alsina, director de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y de Montaña (ACEM). "La nevada, aunque pequeña, dejó espesores de entre 15 y 25 centímetros". Estas precipitaciones de nieve dieron paso a unos periodos de buen tiempo y sol, ideal para la mayoría de visitantes a los centros de los deportes de invierno.
En resumen, los centros invernales presentan unos grosores de entre 40 y 60 centímetros de Vallter 2000, La Molina y La Masella, hasta los 75 y 100 de Baqueira-Beret, el complejo catalán que cuenta con más kilómetros de pistas abiertas: 90 de 104 en total. Los mismos espesores tiene Boí Taüll, un centro que el pasado 20 de enero abrió el 100% de sus pistas y remontes. Y la pequeña estación de esquí alpino de Tavascán, en el Pallars Sobirà, que el año pasado terminó la temporada sin poder siquiera inaugurarla. La bonanza del esquí alpino, beneficiada por los cañones de fabricación artificial de nieve, se ha trasladado este curso al nórdico, cuyas pistas no abrieron el pasado año por falta de nieve. "Hace dos semanas las seis estaciones nórdicas estaban abiertas", explicó Alsina. "Aunque, ahora, han cerrado Guils y Lles, en la Cerdanya", aunque esta clausura se prevé corta ante la espera de nevadas.
Tras el repunte de esquiadores registrado la pasada Navidad, la afluencia de visitantes en el Pirineo catalán seguirá al alza este mes de febrero y el próximo marzo. "Esperamos un mes de marzo fantástico", abundó Buil. "Al coincidir este año la Semana Santa a finales de marzo, las reservas hoteleras y de abonos de esquí se han disparado por tener la nieve asegurada". Alsina, el portavoz de la asociación de las estaciones de esquí, añadió más datos sobre esta buena temporada de esquí. "Hace dos años, hasta el 31 de enero, se vendieron 400.000 seguros de forfaits de día. Este año, sin tener tanta nieve, se han vendido 350.000".
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